Opinión

Arribismo parlamentario

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En asuntos tan sublimes como el amor y tan abominables como la guerra, es necesario lograr primero objetivos para al final alcanzar las metas. Lo mismo ocurre en política. Por eso es curioso que, como lo han revelado varios políticos entrevistados por La Noticia, en el Congreso haya muchos parlamentarios que sueñan ser presidentes y otros, incluso, ya se sienten en Palacio, aunque por el momento ninguno tenga esos merecimientos. Estos inusitados ímpetus califican como arribismo.

La Resolución N° 0352-2020-JNE, dada en octubre del 2020, durante el gobierno de Martín Vizcarra, impidió que muchos políticos con gran experiencia en el trabajo legislativo y de fiscalización puedan postular a la reelección en el 2021. Esa decisión, eso sí, fue adoptada a raíz del referéndum celebrado en el 2018, cuando la población aprobó la no reelección parlamentaria.

De esa manera, la luz roja a la reelección dio lugar al noviciado en la política con candidatos de nuevos partidos que, con propuestas programáticas o sin ellas, accedieran al Congreso para iniciar trayectorias parlamentarias que hoy están dejando mucho que desear. Hay, felizmente, algunos que se salvan con gestiones sobresalientes.

Pero en líneas generales el desprestigio del actual Congreso es mucho mayor que el de los anteriores, aun con los escándalos coyunturales de antaño. En la actualidad, el Poder Legislativo solo tiene 13% de aprobación y, por el contrario, su desaprobación llega al 78%. Parece increíble, con todos los escándalos que rodean a Palacio de Gobierno, el Parlamento está más desacreditado aún que el Poder Ejecutivo.

El país ha tenido congresistas que, sea de derecha, izquierda o de centro, ejercieron esa función durante varios periodos consecutivos con eficiencia, honestidad y decencia. Hay muchos nombres, pero basta mencionar a Roberto Ramírez del Villar, Ramiro Prialé, Luis Alva Orlandini, Carlos Malpica y Javier Diez Canseco. Unos tal vez tilden a otros de “comunistas trasnochados” y estos a los primeros de “derecha vendepatria”, pero la calidad de los congresistas de antaño, con todas esas etiquetas, dista mucho de la que tenemos en los actuales tiempos.

Según la ley, ninguno de los actuales congresistas podrá postular en el 2026. Pero eso no garantiza que los que vendrán después sean mejores. Porque lo que te digo y escribo siempre lo firmo.

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