Opinión

Selección Blanquirroja: “El opio del pueblo peruano”

Por: Tito Ponte Silvera

El “equipo de todos” vuelve a la acción, y en jirones, calles, avenidas, barrios, pueblos, “a lo largo y ancho del territorio nacional”, como decía el prolijo narrador deportivo, Lucho Yzusqui Tataje, la esperanza y el orgullo vuelve q sentirse. La “era Gareca” paraliza a todo un país como en antaño, como cuando Teófilo Cubillas, César Cueto y el “Cholo” Sotil acaparaban la atención y ponían frente al televisor o un radio a millones de personas. Hoy, ocurre lo mismo e incluso hay quienes dejan todo por seguir a la selección a donde vaya, hasta el punto de gastar sus ahorros, prolongar matrimonios, vender un automóvil para costearse el boleto aéreo, fingir un mal y pedir un permiso de trabajo. Quizás no es lo apropiado, algunos dirían que es exagerado, extremista, pero lo que genera el fútbol es pasional, literario, realismo mágico.

En el siglo XIX Karl Marx acuñó la frase en la que hacía referencia la influencia de la religión sobre la conciencia del proletariado: “La religión es el opio de los pueblos”. Posteriormente, en el siglo pasado, El escritor uruguayo Eduardo Galeano utilizó la frase para describir el sentir de este deporte en los pueblos latinoamericanos: “El fútbol es el opio de los pueblos”. Esta frase describe perfectamente lo que produce la selección en cada uno de los peruanos antes, durante y después de un encuentro. Tal vez ver un triunfo de la ‘bicolor’ no nos quite el hambre, no nos pague el alquiler, las cuentas o nos resuelva la vida, pero sí que por 90 minutos nos hace olvidar, aplacar muchas de las necesidades y le “da alegría al corazón”.

Mañana, Perú jugará contra Nueva Zelanda, y no hay nadie que no esté organizando un almuerzo, parrilla reunión o un encuentro postergado para poder ver la actuación de Christian Cueva, Gianluca Lapadula, André Carrillo, Edison Flores, entre varias figuras que dirige Ricardo Gareca. Incluso, a pocos días del partido del repechaje – lunes 13 de junio a la 1:00 p.m. – muchos están programando enfermarse, y otros ligando que sea decretado día no laborable. No cabe duda que el fútbol es la panacea perfecta contra los males, hasta contra la política.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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