Opinión

Uso político de una tragedia

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Hay personas que luchan contra la muerte en medio de la adversidad, nadando contra la corriente y con muchas desventajas, pero al final salen airosas. Un claro ejemplo es el caso de los cuatro niños que sobrevivieron tras un accidente aéreo en la Amazonía de Colombia y fueron hallados luego de 40 días. Este insólito hecho nos hace recordar a Juliane Koepcke, hija de una pareja de biólogos alemanes que, cuando tenía 17 años, en la Navidad de 1971, cayó en un avión en la selva peruana junto a otras 90 personas, todas las cuales murieron, pero ella se salvó. Los gobernantes, los políticos, los funcionarios y todos demás hombres y mujeres que tienen que ver con la marcha del país, deberían aprender de estas enseñanzas y no solo aprovecharlas políticamente.

La avioneta Cessna, que llevaba al piloto, dos adultos más y a los hermanitos (Lesly, de 13 años; Soleiny, de 9; Tien, de 4; y la bebé Cristin, de 11 meses de nacida) cayó el 1 de mayo pasado. Su madre estuvo viva durante cuatro días, pero no resistió. La nave fue encontrada el 16 de mayo y dentro de ella estaban los cuerpos de los tres adultos, pero los niños habían desaparecido.

Con sus 13 años, Lesly, secundada por su hermana Soleiny, de 9, asumió el liderazgo. Sus conocimientos ancestrales de la medicina natural y saber qué comer y qué no en la selva, además de la existencia de agua de los ríos y riachuelos, le permitieron mantener con vida a todos.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien semanas atrás —en una clara muestra de figuretismo político— había cometido el error de anunciar el hallazgo de los niños cuando aún estaban perdidos, visitó a los sobrevivientes en el hospital y se tomó fotos con ellos. Petro está envuelto en un escándalo por presunto chuponeo telefónico, compra de votos y financiamiento ilegal de su campaña por parte del narcotráfico. Fea manera la del presidente colombiano de tratar de lavarse la cara apareciendo al lado de los niños héroes, acto que fue criticado incluso por el padre de estos, quien se sintió ofendido.

Cuando Juliane Koepcke, quien sobrevivió pese a estar herida, de hambre y acechada por las fieras en la jungla, fue encontrada el 5 de enero de 1972, luego de once días de haber caído en un avión en la selva peruana, el entonces presidente peruano, Fernando Belaunde, no sacó ningún provecho político del caso. Hoy, los tiempos han cambiado y en su partido, Acción Popular, hay muchos “niños”, pero no de los buenos, como los sobrevivientes de Colombia. Estos entuertos y desbarajustes viven de la política. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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