Opinión

Un coliseo para el vóley

Por: César Picciotti

Uno de los pedidos más habituales que hacen los aficionados al vóley, es que el escenario donde se dispute la Liga Nacional Superior de Voleibol (LNSV) se ubique en un lugar más céntrico, con accesos rápidos, salidas nocturnas seguras y medios de transporte al alcance de todos. Es decir, un lugar amigable tanto para las atletas como para el público.

Durante años la LNSV se disputó en el Coliseo “Niño Héroe Manuel Bonilla” de Miraflores, un lugar pequeño pero muy acogedor, con capacidad para unas 3 mil personas cómodamente instaladas. Entendemos que la Federación Peruana de Voleibol (FPV) tenía un convenio de cooperación mutua con la comuna miraflorina y, en base a ello, permaneció muchos años en dichas instalaciones, efectuando algunas mejoras en el piso y otras tantas en tribunas.

El “Bonilla” era el lugar ideal: accesos rápidos, céntrico y seguro. Sin embargo, con el paso de los años y el cambio de distintas administraciones municipales, este escenario ideal tuvo que ser descartado por los trabajos de remodelación que demandaba el coliseo. De hecho, Miraflores efectuará un cambio integral en la estructura del mismo, cambiando totalmente el domo, renovando butacas, pisos, baños, vestuarios y reflectores.

Así, cual mendigo que no tiene dónde vivir, el campeonato estrella de la FPV pasó a buscar lugares idóneos para su realización: ¿el Eduardo Dibós de San Borja, el Mariscal Cáceres de Chorrillos, el Miguel Grau del Callao, o acaso el escenario de algún colegio capitalino? ¡No había dónde!

La realización de los Juegos Panamericanos Lima 2019 fue un bálsamo momentáneo para la preocupación de los dirigentes de la FPV, ya que el Proyecto Especial Legado brindó las instalaciones – primero del Callao y luego de Villa El Salvador – para la ejecución del campeonato. Sin embargo, pese a la buena voluntad, ambos escenarios no sólo son muy alejados del centro de la capital, sino no que no cuentan con los accesos rápidos y seguros ya señalados.

Son escenarios hermosos, muy bien equipados, pero alejados, afirman los aficionados, muchos de ellos impedidos de desplazase hasta Villa El Salvador.

El voleibol nacional necesita de un escenario propio. Este derecho se lo ha ganado en base a los numerosos lauros obtenidos a lo largo de su historia, el palmarés con que cuenta así lo certifica. No es posible que esta disciplina busque cada año dónde disputar sus competencias, tanto de selecciones nacionales como de clubes. No es posible que el Coliseo Dibós – que estaba destinado originalmente al voleibol – permanezca cerrado y sin el uso adecuado de sus instalaciones.

El Instituto Peruano del Deporte (IPD) debería contemplar esta crítica situación y ceder, por ejemplo, el Coliseo Dibós para el voleibol. Que esta disciplina tenga por fin SU CASA, un lugar dónde entrenar y festejar sus triunfos. La historia de este deporte así lo merece.

(*) Periodista y dirigente deportivo

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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