Opinión

Noche de Luna

Por: Luciano Revoredo

El programa Noche de Luna que conduce Javier Luna Elías en Willax cumple tres años al aire. Ha significado un hito en la televisión cultural peruana que también en tiempos pasados ha sabido de grandes momentos. Baste recordar que en el terreno de la televisión cultural hemos gozado de grandes exponentes como José Durand Flórez, Luis Alberto Sánchez, Nicomedes Santa Cruz o el erudito Marco Aurelio Denegri.

Pero también hemos podido ver y seguimos viendo, cuán bajo se puede caer cuando manda el rating y lo que se busca es el dinero fácil dando satisfacción a una muchedumbre ávida de escándalo, bullicio barato y vulgaridad. En los últimos años hemos padecido de este mal. Por ese motivo gran cantidad de televidentes saltaron al cable primero y a las plataformas de streaming como Netflix o Amazon después.

Pero ya lo dice el refrán, no hay mal que dure cien años. De pronto surgieron luces en el oscuro firmamento de la televisión abierta peruana.

En este sentido cabe resaltar la búsqueda de excelencia y singularidad en un pequeño canal como Willax que, con constancia e inteligencia, logró posicionarse en un importante sector de la teleaudiencia. Por un lado, con una potente franja informativa y política que cada día cobra mayor protagonismo y credibilidad y por otro con el mejor programa cultural del que podemos disfrutar desde hace tres años cada domingo por la noche. Me refiero a Noche de Luna, un programa único, claro y distinto que conduce con singular brillo Javier Luna Elías.

Luna es un referente en la cultura peruana, un amante del Perú y sus tradiciones y un conocedor profundo de nuestro acervo histórico. Aparece entonces cada domingo frente a nosotros e inicia los más sabrosos monólogos o estupendas entrevistas.

Vemos como si estuviéramos en una tertulia con él, desfilar ante nosotros a entrañables personajes, conocemos usos, tipos y costumbres de la vieja Lima, nos llenamos de orgullo cuando habla de Arequipa, Tacna o su Ica natal. Saboreamos con nostalgia cada vieja calle que evoca y también aplaudimos cuando levanta la voz para llamar la atención de alcaldes y autoridades. Porque lo hace con la convicción del que se sabe en la verdad y del que no debe nada a nadie.

Con Noche de Luna se ha cumplido aquella sentencia de José María Arguedas al recibir el premio Inca Garcilaso de la Vega, que podemos parafrasear en torno a Javier Luna “(…) en arte y cultura que aprendan de nosotros y lo podemos hacer incluso sin movernos de aquí mismo”. Y así lo ha hecho Luna. Desde una silla de su casa. Sin más argumentos que su amor al Perú y sus tradiciones, ni más pertinencia que la verdad siempre bien dicha.

Un verdadero lujo en la televisión peruana, un privilegio para quienes lo seguimos cada domingo y una esperanza de que no todo está perdido.

(*) Analista político

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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