Nuestra querida Lima, ciudad milenaria, virreinal y republicana en la que viven más de 10 millones de peruanos que llegaron de todas las regiones y pueblos con el sueño de la Tierra Prometida en la que construirían el progreso de sus hijos y nietos. Lima es hoy ciudad de los nuevos limeños que crearon ciudades en donde solo había desiertos, pedregales y cerros áridos. Hoy Lima es, lamentablemente, un caos. Es anárquica, está desintegrada y desconectada.
Lima necesita verdaderos cambios modernizadores en democracia, libertad y una cultura sustentada en el respeto a la gente y principios fundamentales como la transparencia, la honradez, el honor, la lealtad y veracidad. Lima necesita un líder que jefature la ciudad, sin bravuconadas o matonerías, para que derrote la delincuencia y la inseguridad ciudadana. Especial atención tendrán que tener los jóvenes. Dos de cada diez jóvenes son “NI NI”. Ni trabajan ni estudian. Por ello la política para luchar contra la delincuencia no solo tiene que ser represiva sino también preventiva: creación de cientos de miles de puestos de empleo, educación, campos deportivos de calidad, centros culturales, bibliotecas reales y virtuales, espacios para la recreación como una Costa Verde para una sana recreación. Tenemos también que derrotar a una burocracia corrupta que ha creado la telaraña de trámites y de abusos que impide el desarrollo de los emprendedores en toda la ciudad.
Lima necesita recuperar y reabrir su Centro histórico, cerrado vil y cobardemente por el gobierno por el temor a las manifestaciones populares contra su corrupto e incapaz gestión. Recuperando el Centro Histórico de Lima se generarán miles de puestos de trabajo a través del turismo tanto nacional como extranjero. Lima necesita un líder y un equipo de gente honesta y valiente que luche desde la alcaldía para que los programas sociales tengan recursos y no falte el pan en los Comedores Populares, la Ollas Comunes y el Vaso de Leche. El futuro del hombre es el niño. Tenemos urgentemente que luchar con las madres para derrotar la anemia y la desnutrición. Los niños, los adolescentes y los ancianos tienen que ser nuestra prioridad, construyendo una ciudad saludable e inteligente del siglo XXI que les pertenece a todos los jóvenes. Una ciudad del siglo XXI es inteligente, democrática e integrada. Todos los vecinos tienen derecho a contar con agua y desagüe, luz eléctrica, wi fi, pistas y veredas, áreas verdes, escaleras modernas, muros de contención, títulos de propiedad y una vivienda digna. Una verdadera victoria sobre la pandemia requiere políticas preventivas de salud, que todos tengan agua de calidad y una red de postas médicas y Hospitales de la Solidaridad.
Finalmente, en Lima impera el caos en el transporte, por eso necesitamos rediseñar el modelo de ciudad, priorizando en primer lugar a la persona humana, al peatón, (privilegiando les espacios libres y de recreación), luego al ciclista con un buen modelo de ciclovías), enseguida al transporte público masivo (metropolitanos, metros, trenes eléctricos) luego el transporte de carga y finalmente el transporte privado. Solo así tendremos un diseño urbano y vial: pacífico, democrático, ordenado y seguro.
(*) Candidato a la alcaldía de Lima por APP
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