Opinión

Justicia para Damaris: Justicia por los niños

Por: Tito Ponte Silvera

Ema Lucía acaba de cumplir dos años, y es una niña inteligente, ágil, hábil y con carácter, pero aún muy frágil, tierna y con esa necesidad de amparo y protección. Siempre la abrazo con el alma para que se quede impregnado en ella ese amor y calor de padre. Ema se acurruca en mí y yo quedó inmóvil pensando en que tiene que estar bien y rogándole a Dios que la cuide en todo sentido. No puedo ni imaginar lo que siente ahora mismo la familia de la pequeña Damaris, hasta el punto de no conciliar el sueño pensando en esa niña, en la mía, en ese dolor que te puede causar un abominable ser humano, un semejante.

No me explico cómo alguien pueda ser tan enfermo como para violentar a una pequeña, a una bebé. “Bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os maltraten”, dice Lucas 6, 28. La Biblia nos enseña a no maldecir, a no desearle el mal ni la muerte a nadie; sin embargo me pregunto cuál puede ser el sentir ante un acto tan monstruoso. Alguien que con sus cinco sentidos fraguó un hecho aborrecible como este, acaso es merecedor de compasión por el resto, no lo creo.

Quizás seré un pecador por pensar en el peor de los castigos para esta alimaña, pero al ponerme en el lugar de los familiares de Damaris, viendo a mi hija, no me puedo arrepentir de sentir repudio por él. Dios es el único que castigará con justicia, aunque exista una serie de contradicciones en el Antiguo y Nuevo Testamento respecto a es este tema (Deutremonio 22). Una condena drástica, cadena perpetua o pena de muerte, no será suficiente para que esta bebé lleve una vida normal, física o psicológicamente. ¿Entonces, puede conseguir perdón una persona que le hizo un daño de esta magnitud a una pequeñita? Me parece imposible que obtenga esa gracia.

Hace unos días nada más hubo una denuncia de un individuo que se hacía pasar por entrenador de fútbol, señuelo que utilizó para violar hasta a diez niños, en su gran mayoría menores venezolanos. La prolífica periodista – coincidencialmente venezolana – Angélica Villegas, del dominical “Día D”, realizó un reportaje con la denuncia de este caso deleznable, suceso que se repite año tras año y que sencillamente las leyes de nuestro país no contribuyen para sancionar drásticamente el abuso sexual contra menores, jóvenes y mujeres. Los reportes de la colega son investigaciones fehacientes, comprobadas y con testigos claves que aportan para combatir con este flagelo, pero que lamentablemente no es suficiente para nuestro irredento poder judicial.

Son días de reflexión por Semana Santa, días en las que todos debemos hacer mea culpa, en la que deberíamos admitir que todo inicia desde casa, que el ejemplo y enseñanza que le demos a nuestros hijos será la consecuencia de un joven o un adulto sano mentalmente.

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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