Opinión

Cuidado con la pandemia del hambre

Por: Martín Valdivia Rodríguez

La pandemia del COVID, que empezó a fines del 2019, alteró las actividades del sistema alimentario al trastocar la cadena de la producción, transformación, distribución, comercio y consumo de alimentos. Después de cerca de dos años y medio, cuando la solución a la crisis alimentaria ya estaba en camino, el problema ha recrudecido debido a los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania. Una nueva crisis alimentaria, esta vez con riesgo de hambruna, se cierne sobre la humanidad, como lo han advertido las Naciones Unidas. El Perú no está a salvo de este fenómeno global y tal vez el Gobierno no sería responsable de que llegue al país, pero sí de no aplicar las medidas necesarias para reducir sus consecuencias.

La ONU ha advertido que la crisis alimentaria, agravada por la guerra en Ucrania, podría “durar años”. En solo dos años, el número de personas que sufren inseguridad alimentaria grave debido a la pandemia se ha duplicado, lo que nos puede dar una idea de la gravedad del asunto. A la crisis que han generado la pandemia del COVID-19 y la guerra ruso-ucraniana se suman el cambio climático y las desigualdades crecientes entre países ricos y pobres. Estas condiciones, según la propia ONU, son una puerta al hambre. Por ello, el director del Programa Mundial de Alimentos de la Naciones Unidas, David Beasley, advierte que hay 49 millones de personas en 43 países al borde del hambre, y que el mundo se enfrentará a hambrunas, desestabilización y migraciones masivas si no nos adelantamos al problema.

En un panorama como el actual son claves los ministerios de Economía, de Salud y de Agricultura —hoy de Desarrollo Agrario y Riego—, pues es necesario tomar acciones para socorrer a los damnificados, enfrentar la desnutrición y procurar la máxima producción de alimentos. En medio del clima de inestabilidad política, con escenarios económicos y comerciales inciertos y de volatilidad o alza de precios sostenida y creciente, el Gobierno peruano tiene evidentes problemas para enfrentar esta situación. El cambio en el Minagri era oportuno, pues era notorio que el exministro Óscar Zea no estaba a la altura del importante cargo, menos cuando urgen medidas para procurar el abastecimiento de fertilizantes.

El nuevo titular de este sector, Javier Arce, no registra estudios universitarios. Concluyó la carrera de Administración de Empresas en el Instituto Superior Tecnológico no estatal Santiago de Surco, pero no tiene experiencia en el sector. ¿Podrá este funcionario llevar una política eficaz para contener la crisis alimentaria y una posible hambruna? Saque usted sus conclusiones. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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