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“Yo soy la dueña” – La encrucijada empresarial: decidiendo por la continuidad

Por: José Castillo Carazas

En el mundo empresarial, cada decisión pesa en la balanza del éxito o el fracaso. Sin embargo, hay momentos críticos en los cuales los dueños se enfrentan a una encrucijada que puede definir el futuro de su empresa: la decisión de continuar o cerrar el negocio.

Este momento requiere una evaluación minuciosa, considerando una variedad de factores económicos, sociales y emocionales que muchas veces involucran riesgos que no todos los involucrados van a entender, pero el dueño los asume y deberá afrontarlos únicamente con aquellos que confíen en él. Para empezar, el propietario debe considerar la viabilidad financiera del negocio.

Esto implica analizar las finanzas de la empresa de manera exhaustiva ¿Se genera suficientes ingresos para cubrir sus costos operativos y generar beneficios? ¿Las proyecciones financieras indican una tendencia positiva o negativa a largo plazo? Estas son preguntas críticas que deben responderse con honestidad y realismo en función a una estrategia clara y transparente.

Es importante no confundir una situación de iliquidez (que podría ser coyuntural) con soluciones alcanzables en el mediano y largo plazo.

También se deberá considerar el contexto económico y competitivo en el que opera la empresa. ¿El mercado está en crecimiento o en declive? ¿Existen cambios en la industria o en su regulación que puedan afectar la posición de la empresa? ¿La competencia está intensificándose? ¿Se opera en un entorno “en contra” que busca la quiebra de la empresa? ¿Es posible construir una solución de la mano de los clientes, proveedores y equipo de trabajo? Estas preguntas ayudarán a determinar si la empresa tiene un futuro sostenible en su sector. Sin embargo, la decisión de continuar o cerrar un negocio va más allá de los números.

También implica consideraciones emocionales y sociales. El propietario debe evaluar su propia motivación y pasión por el negocio. ¿Sigue sintiendo la misma energía y entusiasmo por lo que hace? ¿O la fatiga y el desgaste han comenzado a socavar su compromiso? ¿Cuenta con el respaldo adecuado? ¿Confía en el equipo que lo rodea y ellos comparten su visión, compromiso y estrategia? Reconocer y abordar honestamente estos sentimientos es crucial para tomar una decisión informada.

Por último, pero no menos importante, el dueño debe considerar el impacto de sus decisiones en la comunidad en la que opera la empresa. Las empresas no existen en un vacío; forman parte de una red interconectada de relaciones y dependencias más aún ahora con las redes sociales y el internet. Tomar decisiones enfocadas a mantener el negocio a flote puede inyectar temor e incertidumbre en la comunidad si es que no se comunica de manera efectiva; afectando a proveedores, clientes y otras empresas locales.

Es importante evaluar cómo la decisión afectará a todas las partes interesadas y buscar soluciones que minimicen el impacto negativo. Al final del día, no hay una respuesta única o fácil. Cada situación es única y requiere una evaluación cuidadosa de todos los factores en juego. Sin embargo, al tomar decisiones informadas y considerar el impacto en todas las partes interesadas, los propietarios pueden navegar por esta encrucijada con integridad y sabiduría, respaldados por un equipo que apuesta por la solución y buscando constantemente el apoyo del entorno.

(*) Miembro del Directorio de la UPAL. Es Contador Público Colegiado y Máster en Banca y Finanzas

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