Opinión

Un país en tensa espera

Por: Juan Sheput Moore

Tuve el honor de presidir la Comisión Multipartidaria del Bicentenario en el Congreso de la República del periodo 2016- 2019. Como tal, en conjunto con mis colegas, hablábamos de diversos escenarios para recibir el tercer centenario de vida independiente de nuestra patria. En ninguno de ellos contemplábamos un escenario de polarización ni de conflicto pues, ante tremenda celebración, lo que se deseaba era una situación en la cual el país se uniera, tuviera objetivos comunes o, como he dicho en más de una oportunidad, se atreviera a tener la capacidad de “voltear la página”.

Nada de ello ha pasado. Las elecciones generales de este año, las que se supone iban a definir al presidente que celebrara por todo lo alto el Bicentenario, nos ha traído una polarización sin precedente en este siglo, un enfrentamiento permanente sin posibilidades de diálogo, cuestionamiento no sólo a la clase política sino a las élites en general, poderes fácticos y poderes constituidos enfrentados, todo lo cual ha traído un desconcierto total en nuestros compatriotas.

La crisis política es evidente. La crisis de liderazgo también. El proceso electoral está cuestionado, con múltiples evidencias de irregularidades que será necesario investigar. Sin exagerar, el modus operandi es similar al que hubo en el año 2000, cuando Alberto Fujimori pretendió ir a la tercera reelección. Pero a diferencia de esos años, en que no había mas camino que la protesta en las calles para hacer sentir nuestra indignación, hoy contamos con las redes sociales y un puñado de medios de comunicación que canalizan ese sentimiento que los resultados no reflejan la voluntad popular.

Tal vez lo más dramático sea que, ya a dos semanas de las elecciones, no se vea otra solución en el horizonte que el Jurado Nacional de Elecciones, con absoluta imparcialidad y apego al criterio de justicia, resuelva las actas observadas y cuestionadas. Eso es imprescindible pues cualquier atisbo de fraude minará la legitimidad de cualquier gobierno entrante. Nuestro país no está ya para más enfrentamientos, más aún cuando aún nos amenaza la pandemia, la situación económica y la inseguridad.

Se requiere de grandes consensos, pero para ello, como cuestión previa, se requiere de grandes liderazgos. Es la hora de los hombres y mujeres de Estado, aquellos cuya trayectoria demuestra una clara vocación democrática. De su presencia, gestión y dedicación a la construcción de una solución, dependerá el futuro inmediato del Perú.

(*) Ex congresista de la República

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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