Opinión

La selección peruana acalló bocas y ahora depende de su propio destino

Por: Tito Ponte Silvera

Es innegable, los dirigidos por Ricardo Gareca hicieron tragar sus comentarios a muchos, incluido a quién suscribe. Ganaron seis puntos en el cierre de la eliminatoria en 2021, y ahora dependen solo de su juego, su constancia y de conseguir los puntos necesarios en cuatro finales que deberán afrontar el próximo año.

Sí bien es cierto el margen de error es mínimo, Perú tiene la posibilidad de lograr su clasificación, o medio boleto, ganando los dos partidos de local y arrancando puntos fuera. Fácil no es, pero quedó demostrado que el “equipo de todos” puede resurgir de las cenizas, romper pronósticos, estadísticas y conseguir cambiarle el sentido a las situaciones. Pero, lo más sobresaliente fue haber subido su nivel futbolístico, quizás más individual que grupal, y fue ese punto el que logró favorecer al equipo para poder concretar dos victorias al hilo.

Lo de Christian Cueva fue lo más relevante: no le quema nunca la pelota, fue vertical, género juego, se asoció con sus compañeros y selló su buena actuación con un tanto de tiro libre que podría ser el más trascendente de este proceso eliminatorio.

Tapia fue un todo terreno: peleó todas en el medio, colaboró en defensa siempre y se animó a subir aportando juego ofensivo; un mariscal. Pedro Gsllesse, debe ser beatificado. Hizo el milagro, no solo atajándole el penal a Machís, sino además bloqueando hasta tres remates venenosos de los Vinotinto, lo cual lo erigieron como un verdadero salvador.

Lapadula anotó, y continua en racha. Y lo más importante es que su sociedad con Cueva y Carrillo sigue ascendiendo: que se mantenga esa mística.

André Carrillo tuvo el pase gol al “bambino”, una obra de calidad que sin duda alguna fue el golpe inicial para adquirir confianza y poner en evidencia las debilidades defensivas del rival.

En resumen, la selección nacional aprovechó en buena lid su momento y abofeteó a quienes no creíamos en la calculadora, las matemáticas y habíamos perdido la fe. Toca reconocer, y aceptar que este equipo tiene personalidad para recobrar la sinergia.

Ahora toca esperar hasta finales de enero para chocar ante una siempre complicada Colombia, que cerró en la cuarta posición con los mismos puntos que Perú (17), pero por la diferencia de goles relegó a los pupilos de Ricardo Gareca al quinto lugar.

Esperemos que ese -5 de goles no afecta finalmente a los nuestros, y que pueda robarle puntos a los “cafeteros” en la caldera de Barranquilla.

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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