Reseña: Kingsman El Origen, complicado filme con resultado satisfactorio

La nueva película de Matthew Vaughn ya se encuentra en cartelera tras casi dos años de retrasos debido a la covid-19 y también debido a un calendario planificado por parte de Disney (la distribuidora) para evitar competir con otros largometrajes de la misma compañía. La cinta cinematográfica se centra en contarnos el origen de la historia del servicio de espionaje secreto inglés conocido como Kingsman ambientado a inicios del siglo 20. Esta precuela es la tercera película de la saga que debutó en el cine en el año 2015 basado en la serie de cómics del mismo nombre publicado en el año 2012 siendo creado por Mark Millar y quien tuvo implicancia en el guión de la primera entrega cinematográfica de esta franquicia.

Kingsman El Origen es una película complicada de visualizar en buena parte inicial de su metraje, por la equivocación de no resumir y contextualizar más las situaciones por los que están atravesando los personajes principales, a su vez de la ausencia de la elaboración de11 los personajes secundarios, pero para alguien que ya haya averiguado sobre esta cinta previamente la podría sobrellevar de mejor manera y así captar las referencias históricas que se cuentan en el filme. Y si, este filme de ciencia ficción y fantasía se nutre de contextos históricos de la humanidad presentando e inspirándose en personajes que realmente existieron dándole su propia versión o perspectiva con el característico estilo que viene presentando esta serie de películas de la mano de Matthew Vaughn. De esta manera, la película toma una real atracción para el espectador cuando se llega casi por la mitad de la cinta recordando que sólo tiene dos horas y un poco más de duración, el personaje de Harris Dickinson actúa como eje principal para que el largometraje por fin pueda despegar. Teniendo finalmente al acto final de la película en su máximo clímax logrando atrapar al espectador por la historia visualizando cómo se resuelve de una manera atractiva, divertida y fresca. Los personajes principales están trabajados de una grata manera con lo cual se puede llegar a simpatizar y en donde tenemos a Rhys Ifans totalmente irreconocible en una trillada versión de Grigori Rasputin que va adecuadamente acorde al estilo del filme. Finalmente, entre los que destacan en el apartado técnico, se encuentra Henry Jackman en la composición del sonido instrumental donde lastimosamente no presenta su mejor performance.

En resumen, la nueva película de Matthew Vaughn se equivoca en la escritura y montaje de la primera parte de la cinta volviéndola muy pesada para la visualización del espectador, pero finalmente logra entretener, conmover y divertir al público. Si se compara con sus cintas predecesoras, no se encuentra a la altura de la primera película que se estrenó en el 2015, pero tampoco se siente que hubiesen querido igualar esa valla siendo planteada de una forma distinta situada a inicios del siglo 20 con otros personajes por conocer y simpatizar. Convirtiéndose en un largometraje atractivo y diferente que termina siendo disfrutable debiendo de ser escogida por el público como una firme alternativa en la cartelera local para su entretenimiento. Como dato adicional, la cinta contiene una escena post-crédito con un par de personajes interesantes sugiriendo el lanzamiento de próximos eventos dentro de la franquicia.

CALIFICACIÓN: BUENA