Opinión

¿El pueblo quiere la Asamblea Constituyente? La mentira del Ejecutivo

Por: Dante Seminario Vera

Cada vez que Pedro Castillo está cerca a un interrogatorio sobre el caso Sarratea, sobre sus sobrinos, sobre Bruno Pacheco — su ex secretario general de palacio—, el hoy debilitado presidente invoca a la Asamblea Constituyente. En la misma situación se encuentra el premier Aníbal Torres quien tuvo su primera denuncia no bien ocupaba el puesto cuando la prensa independiente puso en evidencia que sus familiares tenían contratos con el Estado, entre otras declaraciones que fueron hechas sin aparente análisis de sus repercusiones. La última es haber «mal usado» el palco del Estadio Nacional para que asistan su hijo, la enamorada de este y sus amigos al partido Perú vs. Paraguay.

En su presentación ante la comisión de Constitución y Reglamento del Congreso, el premier pretendió, una vez más, confundir a los peruanos argumentando que la Constitución que fue promulgada en 1993 estaba desfasada y que perjudicaba abiertamente al ciudadano de a pie, favoreciendo a los monopolios y grandes empresas. Asimismo argumenta que esta no respeta los derechos adquiridos por los ciudadanos perjudicándolos constantemente. Lo que no esperaba el premier Aníbal Torres era la respuesta de la congresista Gladys Echaíz que con un tono flemático y ponderado le respondió: «(…) Y esos son los fundamentos para irnos a una Asamblea Constituyente, debemos hablar con la ley en la mano y la verdad, no podemos sorprender a quienes desconocen y no tienen capacidad de análisis de una norma legal (…)».

Como lo dijimos anteriormente, esos Consejos de Ministros descentralizados no son otra cosa que «asambleas populares» donde se participan solo militantes de Perú Libre quienes previamente reciben órdenes para solicitar como una prioridad la «Asamblea Constituyente» haciéndole creer a la población que son los ciudadanos de a pie que solicitan este cambio de nuestra carta magna.

Ya sabemos las intenciones del cambio de la Constitución, ya por lo pronto vemos el cierre de las carreteras, el impedimento de trabajo en las mineras —que son las que más aportan en impuestos al Estado—, buscando la zozobra en la población —azuzando los saqueos y el desconcierto, teniendo una clara intención de que existan excesos y hasta muertes—, esa es la intención que promueve desde la clandestinidad un grupo de comunistas que lidera Vladimir Cerrón, su objetivo es seguir los manuales que se usaron en la toma de La Habana allá en la noche del 01 de enero de 1959.

Lo que no contaban estos comunistas acostumbrados a recibir un sueldo del Estado, es que nuestro país tiene una economía muy informal, constituida por un 70% de peruanos, que ya han hecho saber su malestar antes de las elecciones oponiéndose a un gobierno de Pedro Castillo al decir que están en contra de las estatizaciones y cambios en las reglas que ya nos rigen en el país como la actual Constitución. Estamos en tiempos difíciles, defendamos nuestra Constitución que no es otra cosa que nuestra libertad de elección, es nuestra obligación.

(*) Analista económico

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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