Opinión

Quechua-Aymara, en la cola

Por: Antero Flores-Araoz

En la exposición que hizo el presidente del Consejo de Ministros, el pasado 3 de abril, para exponer la política general de gobierno y solicitar el voto de confianza, se refirió entre otras materias a la presencia del Estado en zonas alejadas.

Expresó que “existe genuina preocupación por la postergación de los pueblos quechuas y aymaras, así como de otros pueblos hablantes de lenguas aborígenes en el Perú. A pesar de las disposiciones legales y constitucionales que reconocen los derechos de estas comunidades, aún no se han implementado acciones efectivas para sacarlas del abandono”.

Bueno pues, hasta allí el discurso, ahora lo que necesitamos es acción sobre todo para terminar con la postergación mencionada, que será perenne si es que no se incorpora a los idiomas quechua y aymara, los vocablos digitales, que permitan a esos hermanos del ande ingresar en la era digital en que vivimos.

En varias columnas anteriores, nos hemos referido al tema, por respuesta desde las instituciones gubernamentales, enorme cantidad de “floro”, pero no las medidas necesarias para abolir la postergación.

Tanto en el Ministerio de Cultura, como en el Ministerio de Educación, existe un sinnúmero de dictámenes e informes favorables, a la incorporación de vocablos digitales en las lenguas quechua y aymara, importante por cierto, pero sin dictarse ninguna norma que lo haga realidad.

La política general de gobierno ya la expuso el presidente del consejo de ministros ante el Congreso, pero ahora toca poner acción a la palabra, para lo cual debe cuadrar a los ministros de los sectores involucrados, que hagan su cometido. Ya tenemos más que suficientes diagnósticos de la realidad, ahora requerimos realizaciones y no tomaduras de pelo con más y más informes que no llegan a nada, como tampoco se llegó en el Congreso por la soterrada oposición de las bancadas con cercanía al área magisterial, aunque sea difícil de digerir.

Es imperativo que se reconcilie la Nación con las comunidades andinas de quechuas y aymaras, que cuando solo hablan un idioma, el suyo, no pueden incorporarse al mundo digital en que vivimos, con lo cual están condenados al ostracismo, cosa que hay que revertir.

Mucha de la violencia que se percibe en el sur del país proviene del resentimiento de quechuas y aymaras, por su postergación, pero hay gobernantes que creen que solo el discurso fácil lo superará.

Pues no, señor, se necesitan acciones y el actual presidente del Consejo de Ministros debe dar las instrucciones necesarias para ello, con plazos definidos para que no lo pongan en la “mecedora”, como es frecuente en la esfera de la administración pública. ¡Basta de palabras, ahora requerimos acción!

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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