Vuelve el 10 de la calle: el salvador de Ricardo Gareca para enfrentar a Chile

No hubo sorpresas, pero sí nombres que vuelven a la lista. Ricardo Gareca aún no tiene la intención de renovar a la selección peruana, sino más bien de salir de una critica situación en la que está inmerso –sobre todo en lo futbolístico–, y para ello apela a la experiencia de Jefferson Farfán Guadalupe, quien llegará fundido de su rodilla derecha, pero con una mochila cargada de historia que podría funcionarle al técnico nacional.

Para “El Tigre”, el atacante histórico de la Blanquirroja “puede aportar de distintas maneras”, sobre todo teniendo en cuenta que frente a Chile se juega mucho: una derrota lo desplazaría del objetivo del quinto lugar y, prácticamente, sería imposible conseguir puntos que le hagan reeditar una clasificación mundialista, tomando en cuenta que sus visitas a Bolivia y a Argentina parecen ser territorios inviables.

Gareca recurre a Carlos Zambrano por la falta de jerarquía e inestabilidad de la zaga peruana. Santamaría no ha sido preciso y en Callens recayó la responsabilidad de solventar las dificultades. “El León” vuelve por su experiencia y no por su actualidad. El estratega argentino parece no ponderar el momento de Gustavo Dulanto del Sheriff Tiraspol de Moldavia, quien ha tenido actuaciones destacadas, que incluso lo llevaron a formar parte del once ideal de la Champions Legue.

Volvió Yordy Reyna con su magia, más para los escándalos que para aportarle a la selección. Retorna Miguel Araujo, un defensa que en la contraparte que el antes mencionado nunca desentona y en los minutos que le toca jugar muestra garra y amor por la camiseta.

Ricardo Gareca se juega con Chile más que una final. Por lo tanto, no arriesgará con elementos jóvenes y talentosos como Gustavo Dulanto, Oslimg Mora, Jairo Concha o Percy Liza, aún no parece ser tiempo para ellos, según el seleccionador. Se las jugará con los suyos, con los de siempre, intentando que le apaguen el fuego en una eliminatoria que todo apunta a acercarse al adiós de una era histórica. Esperemos que no y, sobre todo, que Perú no sea el equipo que reivindique a una Chile sumida en el fondo de la tabla de clasificación. Más que el absurdo chocolate, que retorne el juego en conjunto, la sinergia y que reluzca la sapiencia de un técnico con correcciones oportunas (“pensá”). Siempre contigo, Blanquirroja.

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