En estos tiempos, la derecha y la izquierda, hablando en términos políticos, son como el agua y el aceite. Hay un odio encarnizado y desbordado. En algunos periodos de la historia política del Perú hubo rivalidad, pero no enemistad, pues la pugna era intensa, pero sensata, apasionada, pero sin transponer de los límites de la cordura. Esta reflexión nos hizo recordar la entrevista que, hace ya varios años, le hizo Jaime Bayly a su tío Ricardo Letts, combativo político de izquierda, para recordar a su otro tío, Roberto —por aquel entonces recientemente fallecido—, quien fue un magnate, empresario minero, ultraliberal y anticomunista.
Ricardo, Roberto y los demás hermanos Letts Colmenares eran hijos de un hacendado, de estirpe burguesa, pero el primero tomó un camino diferente y opuesto al de la familia.
Diputado hasta el autogolpe de Fujimori en 1992, Ricardo Letts, ingeniero agrónomo, fue fundador de Vanguardia Revolucionaria y el Partido Unificado Mariateguista, sindicalista y dirigente de movimientos campesinos. Lo intentaron asesinar cinco veces y estuvo deportado en tiempos de dictaduras.
Roberto Letts, Bobby, había heredado las fortunas de dos tíos y era accionista de la minera Volcan. Era amante del mar, un apasionado de la historia y filántropo. Al morir, en abril del 2010, dejó una valiosa fortuna y, curiosamente, a los únicos a los que no consideró en el testamento fueron su sobrino Jaime, el díscolo escritor y periodista, y su hermano Ricardo, el político izquierdista.
Al margen de esa decisión sobre la herencia, Ricardo Letts — entrevistado por su sobrino Jaime Bayly, quien había descrito a su tío Bobby como avaro y “cabrón” en dos de sus libros— recordó en la entrevista que Roberto era hermano más querido y entrañable.
Las diferencias políticas claro que causaron disgustos en la familia, pues los Letts Colmenares se identificaban con la derecha, por lo que Ricardo —lo dijo el mismo Bayly— era una especie de “oveja negra”. Ricardo Letts contó que una vez fue a ver a su hermano Jaime, quien estaba acompañado de su hijo Jaimito, aún adolescente. Dijo el exdiputado que su sobrino le preguntó a boca de jarro que a cuántos había matado, en alusión a su militancia en la izquierda radical. Y el padre respaldó al hijo: “sí, a cuántos”. El tío Ricardo le recordó el incidente al sobrino y dejó en claro que no había asesinado a nadie.
Pese a esas desavenencias políticas, los hermanos Ricardo y Roberto se llevaron muy bien. Fallecido Bobby, Ricardo le exigió a su sobrino Jaime que desagravie y honre la memoria en público de tío Bobby, a quien había ofendido en sus libros. Y Bayly así lo hizo. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
