Opinión

Los empobrecedores

Por: Fernando Cillóniz Benavides

Muchos compatriotas son pobres. Lo que ganan no les alcanza para vivir dignamente. Muchos no tienen ni siquiera para comer. Carecen de vivienda, agua potable, salud y educación. Es una tremenda injusticia y un descaro moral.

En este contexto, resulta cínico observar cómo los políticos –corruptos, ineptos y demagogos –lucran con la pobreza humana. El pegajoso y eficaz eslogan “No más pobres en un país rico” propició el triunfo electoral de uno de los partidos políticos más empobrecedores de la historia de nuestro país: Perú Libre.

Sin embargo, lo más dramático y contradictorio en el caso peruano es que muchos peruanos que ahora son pobres no lo eran hasta el año 2022. Tenían empleo, pero las empresas donde trabajaban –miles de pequeñas o microempresas– cerraron, dejándolos desempleados y empobrecidos.

Ser pobre es terrible, pero empobrecerse aún más es peor. La pregunta es: ¿por qué tantos peruanos han caído en la pobreza? El principal empobrecedor de millones de peruanos es el Estado, que, paradójicamente, se ha convertido en un obstáculo para la generación de empleos formales y dignos al trabar y burocratizar la inversión privada.

Además, los servicios estatales de agua, salud, educación y seguridad también han empobrecido a muchos compatriotas. Consumir agua cara y contaminada, enfermarse por ella o hacer colas interminables en hospitales estatales son situaciones que perpetúan la pobreza. ¿No deberían EsSalud y el SIS suministrar medicamentos gratuitamente? Claro que sí. Pero el problema no se detiene ahí. La mala educación estatal también empobrece, al igual que la delincuencia, que no solo extorsiona y secuestra, sino que roba, agrede, hiere y mata a personas inocentes. El Estado tiene responsabilidad en todo esto.

Además, hay otros empobrecedores que, aunque no están directamente ligados al Estado, colaboran con él. Los “ambientalistas”, por ejemplo, se oponen al desarrollo de la agricultura amazónica en nombre de la protección de bosques y animales. Sin embargo, su enfoque deja de lado la pobreza humana en la región.

Incluso dentro de los “ambientalistas”, algunos se oponen a los cultivos modificados genéticamente (transgénicos). A pesar de que estos alimentos no afectan la salud de las personas, animales y plantas, insisten en prohibirlos en el agro peruano.

Como resultado, cultivos como el algodón han desaparecido, y el maíz sigue el mismo camino. Como vemos, estamos plagados de empobrecedores. Todos comparten el común denominador de ser “antis”: anti-mineros, anti-AFP, anti-agroexportadoras, anti-farmacias privadas, anti-pesqueras. Su único “pro” es la pro-pobreza. La pena es que los paganos –¡cuándo no! –siempre resultan siendo los pobres.

(*) Exgobernador regional de Ica.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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