Opinión

Las cúpulas partidarias ganan, la ciudadanía pierde

Por: Tullio Bermeo Turchi

El Gobierno acaba de promulgar la ley que elimina las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Ahora, los partidos políticos podrán escoger entre tres alternativas para elegir a sus candidatos a presidente de la República, congresistas, gobernadores regionales y alcaldes. Estas opciones son:

1. Elecciones con voto universal, libre, voluntario, igual, directo y secreto de todos los afiliados y ciudadanos previamente inscritos como electores ante la organización política, estén o no afiliados a esta.

2. Elecciones con voto universal, libre, voluntario, igual, directo y secreto de los afiliados.

3. Elecciones a través de delegados, los que previamente deben haber sido elegidos mediante voto universal, libre, voluntario, igual, directo y secreto de los afiliados de conformidad con lo dispuesto por el estatuto y el reglamento electoral de la organización política, la que puede solicitar el apoyo de los órganos del sistema electoral.

Ante este nuevo escenario, ¿quién gana y quién pierde?

Indudablemente, ganan las cúpulas partidarias quienes tendrán el camino libre para elegir a dedo a los postulantes. Es decir, estas podrían designar a personas que carecen de legitimidad y respaldo de las bases.

Hasta antes de la Ley 30998, Ley para promover la participación política y la democracia en las organizaciones políticas, promulgada en agosto de 2019 durante el gobierno de Martín Vizcarra, los líderes partidarios designaban a su criterio a los ‘mejores candidatos’. Esta modalidad ocasionó que el nivel de los políticos descendiera. Es así como aparecieron en el Congreso, por ejemplo, los ‘come pollos’, los ‘roba cables’, los ‘mocha sueldos’.

Las PASO buscaban eliminar esto. Por eso, en la fundamentación del predictamen de la Comisión de Constitución se leía lo siguiente: “La idea tras la implementación de elecciones primarias realizadas por el Estado en nombre de los partidos era la de debilitar el poder de las camarillas o cúpulas, así como incrementar la participación política de los electores al otorgarle control sobre las candidaturas”.

No obstante, la Comisión que preside la fujimorista Martha Moyano, invocando la “autonomía” de las agrupaciones políticas, decidió anular la reforma electoral con el siguiente argumento: “El espíritu de la reforma no concibe rebajar las garantías públicas que brinda el modelo de elecciones primarias, por el contrario, busca compatibilizar la autonomía de las organizaciones políticas con la transparencia y el irrestricto respeto de los valores democráticos al interior de dichas organizaciones por lo que, se plantean tres modalidades para la realización de elecciones primarias”, se lee en el predictamen.

Desde que el Congreso aprobó en 2019 las PASO, estas nunca se aplicaron. En 2020 no llegaron a aplicarse por la pandemia. Y en 2021 y 2022, por pedido de los organismos electorales por razones técnicas para su adecuada ejecución. Con la eliminación de las PASO, se perdió la oportunidad de frenar la proliferación de partidos políticos inscritos ante el ROP. Igualmente, la oportunidad para que la ciudadanía tenga participación en la elección de los precandidatos.

(*) Presidente de la Corte Superior de Justicia de Ucayali

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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