Opinión

La oclocracia

Por: Richard Arce Cáceres

Hace 2,200 años en las postrimerías de la antigua Grecia y cuando emergía el imperio romano Polibio -seguidor de los postulados de Aristóteles y Platón- postulo un ciclo de seis fases de las modalidades de gobierno y poder político para ejercerlo en una sociedad.

Oclocracia, era el último de los modelos, que sucedía durante la degeneración de la democracia y se llegaba a un nivel de aprovechamiento de la imposición de la muchedumbre, en desmedro de los intereses genuinos de una sociedad, donde la demagogia y el populismo se impondría para direccionar en favor de intereses particulares.

En su definición Polibio describía a la oclocracia como la tiranía de las mayorías incultas -gobierno de los mediocres- y el aprovechamiento y uso indebido de esta fuerza para obligar que se imponga un gobierno con políticas y regulaciones desafortunadas. Aristóteles ya lo había mencionado que la degeneración del poder pasaba por tres estadios, la tiranía, la oligarquía y la más grave la oclocracia.

En su obra “El contrato social”, Rousseau definía también a la oclocracia como la degeneración de la democracia, teniendo como origen la distorsión y la desnaturalización de la voluntad general y las buenas intenciones, nubladas por las ambiciones de poder, las mezquindades y angurrias particulares, en desmedro de los intereses de la población en general. Lo paradójico es que se podría tratar de la voluntad de una minoría o un colectivo que ostenta poder y que impone su posición, en nombre del pueblo, por ejemplo.

Descrito estos conceptos y el origen de la oclocracia, no me queda la menor duda que este gobierno de Pedro Castillo es en realidad una oclocracia, en la definición descrita por Polibio y reafirmada por Rousseau, porque es un gobierno donde predomina la influencia de intereses subrepticios y han degenerado la democracia, con la falacia “ad populum”, utilizando el nombre del pueblo para argumentar cualquier sin razón y hasta la corrupción, de la cual somos testigos.

Lo lamentable es que generalmente estos delirios de poder, que desnaturalizan la democracia, son apoyados por los sectores de población desinformada, con los menores niveles de instrucción, para que sean fácilmente manipulados y por eso dice Polibio, Rousseau y hasta Aristóteles que estos gobiernos invierten ingentes cantidades de recursos económicos del erario en la propaganda y la manipulación de masas.

Nada mejor descrito, para entender la conferencia de prensa de Aníbal Torres el fin de semana, para victimizarse y encubrir vergonzosamente la corrupción de Palacio construyendo enemigos en los sectores más impopulares de nuestra sociedad, como es la prensa y el sector empresarial. No le importa el impacto que esto puede causar en la inversión, en un periodo inflacionario y de post pandemia, donde se requiere salir de la crisis económica.

El consuelo es que estas fases del poder son cíclicas y según la teoría nos dice que después del remezón que causa la oclocracia vendrá el “hombre providencial” que reconduzca de nuevo a la sociedad, como un liberador que nos haga volver a entrar en razón a la sociedad.

Mas allá de la teoría de ciencias políticas, la realidad nos dice que estamos con Castillo en una oclocracia, el gobierno de los mediocres; es tiempo de darnos cuenta y salir de este marasmo.

(*) Excongresista

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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