Opinión

Elecciones y coronavirus

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El destino le está jugando una mala pasada a América Latina. En el continente este año se realizarán, en total, 14 elecciones. Imagínense, más de 20 procesos electorales, contando las segundas vueltas, con millones de personas en mítines, plantones, marchas y, finalmente, haciendo cola en los locales de votación, cuando justamente la aglomeración es el principal aliado del virus del COVID-19. En el Perú, la desconfianza en los resultados ha dado lugar a multitudinarias protestas y eso complicará aún más la situación.

Este año, hasta junio, hubo elecciones en Ecuador, El Salvador, Bolivia, Chile, Perú y México. Desde julio hasta diciembre, habrá procesos electorales en Chile nuevamente, Argentina, Paraguay, Nicaragua y Honduras.

En Chile, la población, debido a su cultura cívica, es muy respetuosa de las reglas y, por lo tanto, acató las normas de distanciamiento contra el coronavirus con más responsabilidad que en Perú. Además, Chile fue el primer país donde se empezó a vacunar en el continente y, por si fuera poco, fue el líder mundial de las campañas de inmunización debido a la rapidez con la que realizaba el proceso.

Sin embargo, pese a todos esos atenuantes, Chile la está pasando muy mal. Sus hospitales están al borde del colapso, tiene una tasa de positividad por encima del 10% y una incidencia de más de 300 casos diarios por millón de habitantes. Este panorama parece el de un país en pleno pico pandémico y sin vacunas, pero corresponde a Chile, uno de los países con la población más inmunizada del mundo.

A nuestro entender, no es que las vacunas no sean efectivas o que la población chilena se haya relajado en las medidas de prevención, sino que la causa de los rebrotes puede estar en las conglomeraciones masivas. En seis meses, Chile ha asistido a dos procesos electorales, el 4 de julio tendrá el tercero y el 21 de noviembre, el cuarto. Además, si bien los chilenos son muy respetuosos de las reglas, también son muy enérgicos a la hora de protestar, ya sea contra la conculcación de sus derechos, los abusos de las AFP o la corrupción, que no les es ajena. Eso también los complicó.

El caso de Chile debe ser tomado en cuenta por las autoridades sanitarias peruanas. Es necesario hacer algo más para que los posibles contagios causados por eventos masivos relacionados con las elecciones no causen la propagación masiva del virus. Hay que tener en cuenta, además, que ya está en nuestro país la variante india o Delta, que es la más contagiosa de todas. Por todo ello, debemos tomar las medidas sanitarias adecuadas para no volvernos a lamentarnos con la llegada de una proveniente tercera ola. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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