Opinión

El suicidio económico de la izquierda comunista

Por: Omar Chehade Moya

Desde hace varios años las izquierdas políticas en el Perú han venido alentando el cambio de Constitución por la instauración de una Asamblea Constituyente que “refunde el Perú” a través de una nueva carta magna llevando al país al precipicio económico. Para ello han impulsado marchas violentas en varias ciudades del país, en la que, incluso, se han infiltrado personajes ligados al terrorismo, el Movadef y el narcotráfico, destruyendo propiedad pública y privada, así como organismos productivos e instituciones, generando inestabilidad política y social. Personajes impresentables como Veronika Mendoza (antigua Nadine lovers) así como los extremistas Antauro Humala, Vladimir Cerrón, Guillermo Bermejo (ligado a grupos terroristas de Sendero) y el pintoresco Guido Bellido o la inefable Sigrid Bazán.

Esa es la lamentable fauna política que tenemos. El comunismo no crea riqueza, distribuye pobreza y miseria. El comunismo marxista que profesa la lucha de clases, hoy llamado “socialismo del siglo XXI” tiene como objetivo la destrucción del estado y sobre sus escombros “construir” una sociedad igualitaria en miseria. Por eso no llama la atención las movilizaciones anti sistema que de manera violenta promueve. Tampoco llama la atención que quieran traerse abajo la Constitución de 1993. Siempre he sido de la idea que la carta fundamental necesita una serie de reformas en el terreno político. La madre de todas estas reformas debe ser la reinstauración del Senado (bicameralidad) que mejore la calidad de las leyes a través una instancia revisora, asimismo, que tengamos un sistema de distritos uninominales para la elección de congresistas, terminar con la subrepresentación parlamentaria existente, regular las cuestiones de confianza, volver a la reelección inmediata y permanente de parlamentarios, modificar el artículo 117 de la Constitución, porque no es posible que el presidente tenga tanto blindaje e impunidad dentro de su mandato y que la Constitución sea de corte menos presidencialista. Sin embargo, todos estos temas no le interesan al comunismo, porque su puntería contra la actual Constitución es exclusivamente por el capítulo económico al que quieren eliminar.

Este capítulo económico de la carta de 1993, de la economía social de mercado, en la que pone los recursos productivos en manos del privado, abierto al mundo y a la inversión, en el que el estado solo tiene un rol subsidiario, porque el estado casi siempre ha sido mal empresario, este capítulo económico que otorga autonomía al Banco Central de Reserva con respecto al Ejecutivo que ha hecho que tengamos una moneda sólida, eliminando la emisión inorgánica del billete proscribiendo “la maquinita”, todo ello ha llevado a que el Perú en los últimos 30 años sea ejemplo de crecimiento económico en el mundo, y que la pobreza haya disminuido de 48% a menos de 20% (hasta antes de la pandemia del 2020). Todo este progreso no le gusta a la izquierda comunista y estatizante, quieren llevarnos al suicidio colectivo, la misma que nos quiere hacer retroceder 40 años e instalarnos en las miserias que hoy sufre Venezuela, Nicaragua, Cuba o la misma Argentina. A todos ellos, los patriotas del Perú debemos decirles: nunca más.

(*) Exvicepresidente de la República

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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