Opinión

El final de un genocida

Por: Víctor A. García Belaunde

Es cierto, Abimael Guzmán ha muerto. El líder de Sendero Luminoso estaba mal desde hacía mucho tiempo atrás. Era un hombre que tenía 86 años y sufría una serie de males, muchos de ellos que vienen desde su época activa de terrorista. Por el contrario, yo creo que ha vivido demasiado, estaba muy bien cuidado en la Base Naval y eso le ha dado mucha más vida de la que pudo haber tenido originalmente o en una cárcel común. Yo no soy escéptico en relación a su muerte. Sí creo que ha fallecido aunque lógicamente habrá siempre gente que dude; por lo tanto, sería mejor enseñar alguna foto de su cadáver.

Respecto a la fecha de su deceso, sí es un poco raro porque cuando uno está en una situación agónica se puede inducir a fijar la fecha del fallecimiento unos días hacia atrás o adelante. Me parece que las autoridades han estado jugando un poco con eso para hacer coincidir su fecha con el 12 de setiembre, día de su captura. Pienso que han buscado inventar una fecha para buscar coincidencias y sacar provecho de su muerte.

La muerte de Guzmán no afecta a Sendero Luminoso, ese grupo terrorista murió cuando su cabecilla fue capturado. Recordemos lo que se dijo en su momento: cayó Abimael y cayeron todos y, efectivamente, después de su captura los ataques de SL se redujeron a la mínima expresión, no tuvo sucesores.

Actualmente lo que hay en el Vraem es narcoterrorismo que es diferente; quizás con algunos rezagos de Abimael pero básicamente diferente. Yo considero que Sendero murió con la captura de su líder y el resto ha sido la sobrevivencia de algunos hechos e ideas de ciertos personajes que se han camuflado en la clandestinidad. Ahora, eso no significa que algunas ideas puedan prevalecer, pero serán ideas muy trasnochadas.

El cuerpo de Guzmán debería ser incinerado o cremado, pero no tirarlo al mar de Grau porque eso sería una ofensa a todos nuestros héroes navales que entregaron su vida en esas aguas. Yo creo que deberían ser lanzadas por un inodoro, que desparezca y que se pierdan en las cloacas de Lima.

Tras la confirmación de su fallecimiento, la reacción de los ministros ha sido tímida. Vamos a ver cómo se realizan las exequias y la decisión que tomen con su cuerpo va a ser muy significativo para ver exactamente las vinculaciones del gobierno o los recuerdos y nostalgias que el gobierno siente por ese movimiento terrorista.

Por último, a las nuevas generaciones hay que mostrarles la verdad para que sepan qué significó el terrorismo en el Perú, los afectados y muertes que dejó y que se les enseñe que ese tipo de terrorismo en el Perú fue un movimiento extraño con ideas importadas de la China y de los países comunistas, no eran ni son ideas peruanas.

(*) Excongresista

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Check Also
Close
Back to top button