El costo de la impericia de un gobierno se empieza a sentir y las consecuencias serán nefastas para nuestra economía y la democracia, que tanto nos costó recuperarla hace más de veinte años. Esto sin contar la degradación del Estado y el debilitamiento de las instituciones que rigen para su funcionamiento, con el copamiento de puestos y los actos de corrupción permanentes.
Por más que hay variables externas que tienen impacto en nuestro país, es insoslayable que la improvisación y la informalidad en el gobierno, ahondan la crisis que se nos avecina. Por tanto, es importante hacer una aproximación de las consecuencias inmediatas que están afectando a miles de familias peruanas, que ya tuvieron suficiente con la pandemia, pero ahora la clase política que nos gobierna, irresponsablemente nos están condenando a la pobreza y hasta la miseria.
Esta semana, las alarmas se han presentado en los mercados, con los productos de pan llevar, principalmente con productos como el azúcar, el pollo, el pan, entre otros, que han tenido un incremente sustancial, que afectan directamente a la canasta familiar promedio.
Analicemos las causas, pero sobre todo la falta de reflejos del gobierno ante un problema mundial, como es la invasión rusa en Ucrania, que afecta directamente a los precios de los derivados del trigo y sobre todo el petróleo.
En el caso del trigo, Rusia y Ucrania tienen el 40% de la producción mundial y son proveedores principales de petróleo a Europa, por ende, la guerra tiene efecto directo en el incremento de los precios, teniendo un galón de combustible sobre los 20 soles.
El presidente Castillo no tiene previsto ninguna estrategia de contención para afrontar esta crisis de precios altos, se tenía los “fondos de estabilización” para menguar la disparada de precios de productos imprescindibles como el combustible, pero vemos que no solo no hay respuesta, probablemente se han quedado sin caja fiscal y encima hay desconocimiento sobre este tipo de medidas, con consecuencias directa en las familias más humildes del país.
El bloqueo de vías en el Corredor Minero es de nunca acabar, llegando ya al extremo, que la conflictividad social se ha desbordado, porque se ha bloqueado la carretera ya en otra provincia del Cusco, en Paruro después de tener bloqueo por varias semanas en Espinar (Coporaque). Además, se tiene paralizado las operaciones en Cuajone (Moquegua) y protestas con bloqueo de la carretera central contra la minera Chinalco en Junín.
El impacto negativo es terrible para el país, ahuyenta las inversiones y lo más importante reduce drásticamente la recaudación fiscal y perjuicio directo para regiones como Apurímac, que pierde 4 millones de soles por cada día de carretera bloqueada en Cusco, a más de 200 Km. del asiento minero.
Ahora se les ha ocurrido militarizar la zona de conflictos sociales, como muestra del fracaso de su capacidad de gestión de conflictos sociales ¿pretenderá enfrentar pueblo contra pueblo?
Solo hemos descrito dos problemas asociados a la incompetencia funcional del gobierno. Ahora imagínense el costo de los perjuicios para el Estado peruano con cada acto de corrupción que es cotidiano en este gobierno, el daño y perjuicio es incalculable y solo tenemos como respuesta la indolencia del gobierno y encima su pretensión de confrontarnos entre peruanos.
(*) Ex congresista de la República
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.
