Opinión

Coordinación y coherencia

Por: Antero Flores-Araoz

Según lo dispone la Constitución, la dirección y la gestión de los servicios públicos están confiadas al Consejo de Ministros y a cada ministro en los asuntos que competen a su cartera.

La Ley de Leyes establece que los ministros, al reunirse, forman el Consejo de Ministros, que actualmente consta de 18 carteras ministeriales, además de la Presidencia del mismo. El presidente del Consejo propone sus integrantes al presidente de la República, pudiendo ser el presidente del Gabinete un ministro sin cartera, como ha sucedido en la realidad desde hace varios años.

El presidente del Consejo de Ministros es, después del Presidente de la República, el vocero autorizado del gobierno. Por lo tanto, puede hablar de todos los temas gubernamentales y políticos sin excepción alguna. A cada ministro le compete tratar, dar cuenta, informar e incluso comentar los temas de su respectiva cartera, a menos que el presidente de la República o el del Consejo de Ministros le haya encomendado algún tema especial para anunciar o comentar.

Es evidente que, al formar los ministros parte de un mismo colegiado, su actuación debe estar en consonancia con las decisiones del Consejo de Ministros y las que pueda haber impartido el Presidente de la República o el Jefe del Gabinete Ministerial.

Por todo lo señalado, se debe exigir en la actuación de los ministros coherencia y coordinación para evitar confrontaciones innecesarias o malentendidos con la ciudadanía.

Lo peor que puede suceder en un colectivo es dar la sensación de falta de unidad y discrepancias entre sus miembros. Todos están sujetos a la misma regla de conducción de colectivos sociales: libertad absoluta de opinión antes de la toma de decisión y unidad después de tomada ella. Por razones de buena comunicación con la ciudadanía, es deseable que los ministros tengan tino y mesura al expresar sus posiciones a la ciudadanía antes de tomar una decisión para evitar malentendidos y confusión entre la población.

Si algún ministro no está conforme con la decisión adoptada por el colectivo denominado Consejo de Ministros, tiene las puertas abiertas para renunciar. También puede ser removido por el Jefe de Estado con el acuerdo del presidente del Consejo.

Como podemos ver, estas son reglas simples y comprensibles cuyo cumplimiento evita malentendidos. Cuando se nota que existen discrepancias entre los ministros, esa situación se convierte en un campo fértil para que la prensa destaque las diferencias y para que los contendientes muestren a la población las desinteligencias, que muchas veces son involuntarias.

Ante la prensa, los ministros deben ser coherentes y coordinados. No deben temer decir a sus interlocutores en los medios, que son los vehículos para transmitir sus ideas a la ciudadanía:

“Este asunto aún no lo hemos tratado” o “Este asunto pronto lo trataremos esperando encontrar la solución adecuada, para lo cual pondremos nuestros máximos esfuerzos”.

*Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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