A menos de 40 días de las elecciones municipales y regionales 2022, los corresponsales de los canales de televisión están entrevistando a los candidatos a alcaldes distritales y provinciales del interior del país en sendas campañas para el “voto informado”. Lamentablemente, por lo que están exponiendo ante los medios de comunicación, la mayoría de los aspirantes al sillón municipal están lejos de tener las condiciones necesarias para ejercer tan importante cargo. Algo perecido, pero en menor magnitud, ocurre en Lima.
Para aspirar a ser autoridad, ya sea local, regional o central, es necesario tener una preparación o capacitación de nivel adecuado. Se trata de las denominadas habilidades duras, que no son sino los conocimientos adquiridos en una universidad u otra institución educativa, además de los aprendidos de manera empírica. Hay que considerar estas habilidades conocidas como blandas, entre las cuales se consideran el liderazgo, la comunicación, el buen criterio o el manejo de crisis, entre otras.
Pero no basta acreditar estudios, incluso de posgrado realizados en el extranjero, pues hemos visto cómo muchos personajes que fueron regidores, alcaldes, gobernadores regionales y hasta presidentes de la República, poseedores de grandes pergaminos a nivel académico, defraudaron a quienes los eligieron y demostraron que sus títulos son propios de quienes los solían conseguir en el jirón Azángaro. Ni tampoco basta tener habilidad para hablar y convencer. De eso tenemos muchas malas experiencias.
Hay que tener buenas ideas. Y para ello es necesario poseer capacidad analítica suficiente para procesar la información de una forma que, posteriormente, nos ayude a tomar mejores decisiones y conseguir óptimos resultados. En cuanto a las iniciativas, los candidatos deben contar con el apoyo de sus asesores, especialistas en diversas ramas, para esbozar propuestas que, por ejemplo, permitan enfrentar los problemas de seguridad ciudadana, caos del transporte, comercio ambulatorio y otros.
Hace unos días, un candidato a alcalde de Lima propuso cambiar las luces amarillas de la ciudad porque “llaman al delito”. El planteamiento fue motivo de burla en las redes sociales porque no fue explicado adecuadamente. Es, por lo tanto, muy importante saber comunicar. Porque que lo que digo y escribo siempre lo firmo.
