En un concepto básico de negocio, la forma de generar ganancias en una empresa es a través de la gestión de sus activos, los cuales pueden ser tangibles o intangibles. En empresas de consultoría, por ejemplo, el principal activo es el talento profesional (es decir el intangible), sobre el que hay atraer, captar y luego potenciar para que produzcan horas de servicio profesional que la empresa facture. Sin una identificación de los activos productivos y una adecuada gestión de estos, es imposible que una empresa genere utilidades.
Pero tan importante como gestionar un activo, lo es controlar (o medir) su eficiencia y; para ello, las finanzas utilizar los “ratios”, que son herramientas de análisis que comparan medidas financieras entre períodos similares para determinar el desempeño de una empresa. Si bien es cierto, los ratios más usados son los de “liquidez”, los cuales miden la capacidad de una empresa de generar fondos disponibles y atender sus obligaciones de corto plazo, considero que las principales decisiones de corto plazo se deben de sustentar en los “ratios de rotación” pues miden la eficiencia operativa de una empresa.
El ciclo de un negocio “Retail”, en el que se produce la intermediación de bienes a través de la realización del inventario, coexisten dos ciclos de operación: (i) el ciclo de compras, que determina la velocidad de reposición del inventario; y (ii) el ciclo de ventas, que determina la velocidad de la salida del inventario; En paralelo, se derivan dos “sub – procesos” o “subciclos” que terminan definiendo la permanencia de un negocio, el “ciclo de cobranza” que mide en cuanto tiempo una empresa cobra a sus clientes; y el “ciclo de pago a proveedores” que mide en cuanto tiempo la empresa debe de pagar por las compras realizadas.
Se entiende que, durante un proceso operativo ordinario, una empresa invierte su capital para comprar mercaderías y, conforme la vende, reinvierte sus ganancias y el dinero recuperado para reponer el inventario. ¿Qué sucedería si el ciclo de reposición del inventario fuera mas rápido que el ciclo de venta?, las empresas tendrían que conseguir financiamiento adicional o recibir nuevos aportes de socios para realizar nuevas compras; puesto que el dinero originalmente invertido aún no ha retornado, además de posiblemente incurrir en gastos financieros. Un adecuado manejo de reposición del inventario y gestión de los ciclos de cobro versus los ciclos de pago favorece el flujo de caja operativo y los márgenes del negocio.
“Lo que no se puede medir no se puede mejorar”. Identificar los ciclos operativos de una empresa y controlas sus tiempos de duración mantiene la salud financiera del negocio y la vuelve atractiva frente a bancos y otros posibles inversionistas.
(*) Gerente General de BLANCO Sociedad Administradora de Fondos S.A.C. y miembro del Directorio de la UPAL. Contador Público Colegiado y Máster en Banca y Finanzas
