Cuando integro equipos de trabajo para afrontar los desafíos profesionales que asumo, siempre busco orientar la discusión para que, en equipo, descubramos ¿cómo podemos llegar a dar una “milla extra”? esto significa no conformarse con “cumplir el objetivo”, sino con superarlo ampliamente. Para ponerlo en términos mundialistas, no me gusta “ganar”, me gusta “ganar, golear y gustar”.
Esta forma de trabajar la aprendí muy joven, y como todo aprendizaje, de un fracaso. Me preparaba para ingresar a la universidad y, como buen estudiante y además inquieto, empecé a averiguar las estadísticas para poder asegurar mi ingreso y por tanto esa fue mi meta, ingresar. Recuerdo muy bien ese día, mi papá me llevo al examen y me esperó las casi 4 horas. Cuando salí, me preguntó ¿qué tal te fue? Le dije, “según mis cálculos, debo haber ingresado”. Por la noche, al regresar a ver el resultado del examen habían pasado dos cosas: (i) Obtuve una calificación superior en 10% de la que me propuse; (ii) No ingresé porque ese año la nota mínima de ingreso subió un poco; me quedé por pocos puntos.
El efecto fue devastador, me sentí profundamente decepcionado porque jamás había desaprobado y había hecho todo para ingresar, pero no fue suficiente. Todos en la familia me consolaban, hasta que un tío me dijo “eres un tonto, te preparaste para ingresar, no para ser el primer puesto”. Recuerdo haberlo visto y decirle ¿A qué te refieres? Y mi tío me respondió “si te hubieras preparado para ser el primer puesto, tu ingreso hubiera estado descartado y hoy serías cachimbo”. Este mensaje me marcó para siempre.
En los negocios es normal planificar, lo que no es normal es querer superar las expectativas, hay una orientación en los ejecutivos a poner las metas con cautela ¿Por qué nos ponemos metas tan bajas? ¿Por qué nos conformamos con “llegar al repechaje” y no buscamos la clasificación directa? Hoy hago esta columna porque estoy seguro de que muchos empresarios y emprendedores están terminando de proyectar su próximo año y no los culpo, la incertidumbre ha sido tan alta que lanzar proyecciones es todo un reto, pero la pregunta es ¿Qué oportunidades estamos viendo para superar nuestras propias metas y proyecciones? Sabemos que todo el escenario es muy difícil, pero ¿Estamos preparados para retarnos y lograr correr “una milla extra” dentro de nuestro planeamiento?
Quizás suene a muy conceptual o teórico, pero ¿Qué pasaría si en este momento de gran incertidumbre, aceleramos y ganamos terreno para estar mejor posicionados cuando baje la turbulencia? Es común en estas épocas enfocarnos en ratios, participación de mercado y resultados proyectados. Es momento de apostar por tecnología, oferta multi canal y potenciar a experiencia de nuestros clientes y usuarios. El resultado no será de corto plazo, pero nos posicionará mejor en el largo plazo.
(*) José Castillo Carazas es Gerente General de BLANCO SAF
(*) Miembro del Directorio de la UPAL, CPC y Máster en Banca y Finanzas
