Opinión

Venezuela: segunda independencia

Por: Jorge del Castillo Gálvez

El 28 de julio, en el Día de la Independencia Nacional, también se celebrarán elecciones en Venezuela. Estas elecciones tienen un profundo significado para toda América Latina, ya que se acercan al bicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho, comandadas por los generales venezolanos Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, respectivamente. En este contexto, nuestro país hermano enfrenta una encrucijada que podría llevarlo a recuperar su libertad mediante la voluntad general de su pueblo.

Todos sabemos que, en circunstancias normales, el candidato Edmundo González Urrutia debería ganar las elecciones. Sin embargo, se encuentra confrontando a una mafia corrupta y violadora de los derechos humanos.

Es relevante destacar que los demócratas lograron ponerse de acuerdo para conformar una posición unitaria. Diversos líderes, como Leopoldo López, Henry Ramos Allup, Antonio Ledezma, Ramón Guillermo Aveledo, Henrique Capriles y Juan Guaidó, atravesaron este desierto de represión y persecución por parte de la dictadura. Progresivamente, llegaron al liderazgo de María Corina Machado tras ganar ampliamente unas elecciones internas.

Cuando el sátrapa se vio acorralado ante María Corina, la inhabilitaron con pretextos fuera de la ley. Sin embargo, apareció la discreta figura del Embajador Edmundo González Urrutia, quien, respaldado por Machado, ha asumido con entereza la campaña que debe llevar al triunfo.

Solo el fraude descarado y la prepotencia de Maduro, Diosdado, Rodríguez y Padrino podrían evitar el desarrollo de esta historia. Se juegan el todo por el todo, conscientes de que les espera la cárcel y el repudio internacional por crímenes de lesa humanidad.

El régimen es tan descarado que ha llevado a que delegaciones de observadores de países afines a la dictadura venezolana desistan de asistir a las elecciones. Me refiero a Argentina, Colombia y Brasil, cuyos presidentes deben lamentar haber apoyado a un sujeto de la calaña de Maduro. A este último solo le queda de premio consuelo la adhesión de Evo Morales, a quien la OEA descubrió un fraude. Las dictaduras cubana y nicaragüense, por su parte, no entienden de elecciones libres.

Saludo la proclama de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia en “El espíritu del 28 de julio”, donde anuncian un periodo de democratización, recuperación de la libertad, unidad, consenso y respeto a la civilidad, al ser humano y a la familia.

Este triunfo democrático también significará la recuperación económica del hoy empobrecido país más rico de América del Sur y el retorno a su patria de millones de ciudadanos que salieron despavoridos del régimen comunista de Chávez y Maduro.

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

 

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