Opinión

Vacancias, revocatorias y crisis institucional

Por: Luciano Revoredo

Parte de la crisis institucional que vive el Perú es el resultado de la banalización de recursos legales muy sólidos y que durante décadas se mantuvieron como reservas para casos de crisis extrema. Se podría decir que estaban en una urna que permanecía intacta a través de los años.

Me refiero por ejemplo al caso de las vacancias presidenciales. Esta figurasiempre ha existido en nuestra vida republicana. Es más, el primer presidente al que se le aplicó fue precisamente al primer presidente del Perú José de la Riva Agüero apenas iniciada la república en junio de 1823, después de esto tuvieron que pasar 91 años para que hubiera otra vacancia presidencial y fue el caso de Guillermo Billinghurst que fue vacado en 1914 por el Congreso.

Desde aquellos lejanos días no se vio más uso de este recurso hasta el año 2000, es decir después de 86 años, cuando Alberto Fujimori, pese a que había renunciado, fue vacado por el Congreso.

Luego de eso ingresamos a ese período de bastardización de la política a la que nos llevó la siembra del odio caviar. Es así como entre 2016 y 2022, hemos tenido seis presidentes en un lapso de seis años. Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), Martín Vizcarra (2018-2020), Manuel Merino (noviembre 2020), Francisco Sagasti (2020-2021), y Pedro Castillo (2021-2022) en que asumió Dina Boluarte.

En ese período hubo dos vacancias (justificadas) y la renuncia de PPK antes de ser vacado. Esta crisis de la que aún no salimos ha instalado en el imaginario popular la idea de que la presidencia de la Republica y otras instituciones tutelares son desechables.

Paralelamente, se ha popularizado la funesta idea de que se puede forzar el cierre del congreso en cualquier momento al capricho o gusto de la masa, cosa que demagogos y golpistas como Vizcarra y Castillo hicieron cada uno con distinta suerte.

En ese caso grave responsabilidad tiene cierta prensa aliada de la caviarada como el caso de la bloguera gorritista Rosa María Palacios, la que a diario incentivaba a Vizcarra para la presentación de cuestiones de confianza para cerrar el congreso.

No menos grave es la tendencia de revocar alcaldes. La demagogia y las redes sociales que muchas veces empoderan a quienes más tiempo dedican a ellas, al margen de sus razones, han creado una situación en que grupos vecinales promueven revocatorias desde el momento en el que un alcalde recién se sienta en su despacho. Es así como los actuales alcaldes que recién han cumplido un año en el cargo ya enfrentan campañas orquestadas y muchas veces financiadas para buscar desacreditarlos y buscar su revocatoria.

En este empeño vale todo, el uso de la baja política, las grabaciones de audios ilegales, la grabación de videos para alentar el morbo de una masa ávida de sangre, el uso de figuras de la farándula debidamente aceitadas y todas las artes de la guerra sucia, lo que conlleva una serie de consecuencias negativas tanto para la sociedad como para el sistema político en sí mismo.

No hay que dejarse llevar por el carrusel de la baja política en que nos han metido los caviares odiadores. Hay que respetar y hacer respetar la ley.

(*) Analista politico

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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