Durante 62 años, las ansias de libertad y democracia fueron un grito acallado en Cuba. Un sueño lejano, un deseo secreto, una aspiración escondida. Pero los cubanos se cansaron de que les controlen el salario y hasta lo que comen. Luego de 62 años, el régimen castrista está a punto de caen en la isla, donde, en una manifestación inédita y aparentemente sorpresiva, miles de pobladores salieron a las calles para protestar contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien asumió el poder luego de la dimisión de Raúl Castro, quien lo había heredado de Fidel.
Cuando en las postrimerías de los años 50 los hermanos Castro comenzaron su revolución, echaron mano de un pozo profundo de descontento que muchos cubanos sentían respecto de la corrupta élite en el poder del país por ese entonces. Sin embargo, el régimen castrista ha tenido todo ese tiempo gobernando ininterrumpidamente la isla, pero esas brechas sociales y económicas continúan vigentes y el rechazo popular ha ido creciendo en los últimos años.
La asunción al poder de Raúl Castro, quien gobierno Cuba desde el 2008 en reemplazo de su hermano Fidel, quien murió el 25 de noviembre de 2016, a los 90 años, no significó mayores cambios para los cubanos, quienes acusaban al régimen castrista y a su Partido Comunista de vivir en otra realidad. Cuando Raúl tomó el mando de la Casa de la Revolución, como es que le llaman al Palacio de Gobierno de Cuba, se rodeó de una pléyade de generales octogenarios ortodoxos, de los más desfasados y retrógradas en cuestiones políticas, ideológicas y económicas.
Díaz-Canel, quien sucedió a Raúl Castro, es un tecnócrata que asumió el mando en el 2018 con ciertas ideas de innovación y permitió que los cubanos tengan acceso a internet en sus celulares y en sus casas, pero continuó con una dictadura que mantenía lejos los sueños de libertad y reconocimiento de derechos fundamentales en la isla. Hoy los cubanos han despertado de la pesadilla y están dispuestos a luchar por hacer realidad sus sueños de democracia y una auténtica justicia social, palabra que conocen porque en el régimen castrista se pronunció durante seis décadas hasta el cansancio, pero que nunca vieron llevar a la práctica. Al parecer el régimen comunista en la isla está por caerse en un corto plazo. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
