Opinión

Qué falta que hace el APRA

Por: Jorge del Castillo Gálvez

Hace pocos días, un diario local publicó un interesante artículo de don Luis García Miró sobre el papel que vienen jugando los partidos políticos democráticos en la vida política del Perú.

En el marco de su visión crítica sobre la política peruana, lanzó una expresión que estoy seguro causó impresión entre mucha gente, ¡QUÉ FALTA QUE HACE EL APRA! Y me quedé pensando todo lo que comprendía este comentario, sin duda, bien pensado por el autor, y, que se refería no solo a la calidad de su gobierno 2006-2011 o de sus parlamentarios de todos los tiempos o a la organización del Partido, sino principalmente a la ideología y doctrina que nos legó Víctor Raúl Haya de la Torre.

En primer lugar, siendo el APRA un partido ideológico, contrasta nítidamente del resto en el sentido que tiene la capacidad doctrinaria, programática y orgánica de actuar contra las injusticias de los sectores de ultra derecha, sino combatir políticamente al comunismo, no por gusto durante 90 años ha sido el muro de contención de la izquierda marxista leninista y otras versiones, en universidades, sindicatos y en las calles.

Quizás la primera valla que distancia al aprismo del comunismo es la consideración a la persona y así lo dice en la Constitución de 1979, “la persona humana es el fin supremo de la sociedad y del Estado” y no al revés, por eso la libertad que es inherente a la persona se ha plasmado en el lema hayista de Pan con Libertad, que implica el contraste con el totalitarismo que ofrecía pan, o sea alimentar al pueblo, pero a cambio de su libertad, por eso

Haya insistía en que “no hay pan sin libertad, no libertad sin pan”. También es consustancial a estas diferencias la esencia democrática del aprismo, creemos y respetamos el voto popular, la alternancia democrática, la independencia de poderes, el respeto al marco constitucional, la institucionalidad, las libertades en general y principalmente la libertad de información, opinión, expresión y prensa sin censura ni impedimento alguno. Las ideas totalitarias no creen ni practican la democracia, la libertad de expresión, ni menos elecciones libres, sino veamos lo que ocurre en Nicaragua, Cuba y Venezuela, por no hablar lo que ocurría detrás de la Cortina de Hierro antes de la caída del Muro de Berlín.

La economía es otro aspecto central, mientras el comunismo cree en el capitalismo de Estado y que por tanto tiene que ser dueño de los medios de producción, excluyendo a la iniciativa privada; el aprismo respalda desde 1979 la Economía Social de Mercado, en que si bien la iniciativa privada es libre, el Estado cumple un rol regulador y de defensa del consumidor, reflejada en la frase “No hay que quitar riqueza al que la tiene, sino crear riqueza para el que no la tiene”

Esto y mucho más es como definimos al Partido Aprista Peruano o Partido del Pueblo, y nos definimos como la Izquierda democrática de Justicia Social.

¿Por qué? Porque queremos el cambio del Perú, promover la inversión pública y privada para crear empleo que es la mejor forma de redistribución de la riqueza, cambios que tienen que darse democráticamente sin violencia y con paz social.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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