Al contubernio protagonizado por los aliados congresales de la señora Dina Boluarte ciertamente no le entran balas: luego de otorgarle el voto de confianza al Gabinete Adrianzén sin mayores aportes ni análisis, se tumbaron, sin dudas ni murmuraciones, las mociones presentadas por dos marxistas que, si bien es cierto no contaban por el momento con el debido sustento, merecían por lo menos un debate serio en el Pleno dada la gravedad de las circunstancias.
El argumento de los integrantes del contubernio consiste en que es necesario darle estabilidad al país para lo cual se requiere la continuidad del régimen de la señora Boluarte: cero crítica, cero propuestas concretas y efectivas para los problemas más importantes del Perú y, por cierto, el desborde de demagogia, ignorancia y conocimientos pigmentarios que caracteriza a este impresentable Congreso, salvo honrosas excepciones.
De acuerdo con una reciente encuesta de Ipsos Global realizada en 29 países, al responder sobre si cada nación camina en la dirección correcta o equivocada, en el Perú el 86 % contestó que vamos por mal camino. Por comparación, la desaprobación en el Chile de Boric llega al 70 % y en la Colombia de Petro al 65 %. Nuestro país ocupa el último lugar.
Y el mensaje de Adrianzén fue -tal como quería el contuberniomás de lo mismo poniendo en evidencia que no existe propósito alguno de enmienda, ya que con los rabos de paja rolexianos del régimen y con un Congreso rebosante de corruptos, la mayor parte de los cuales integran el contubernio, es literalmente imposible esperar propuestas audaces y efectivas, por ejemplo, respecto del flagelo de la corrupción.
Y es tal el descaro que este faenón fue precedido por el desembolso de un crédito suplementario de 50 millones de soles al Congreso que tiene este año un presupuesto de 1,200 millones de soles. ¿Ya se los gastaron?
Necesitamos un urgente adelanto de elecciones generales para que se vayan todos a su casa o a la cárcel.
(*) Presidente de Perú Acción Presidente del Consejo por la Paz
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