Opinión

Por una política exterior soberana

Por: Wilson Quispe Mamani

La renuncia del canciller Héctor Béjar es una gran baja para el ejecutivo, porque se pierde a un hombre de principios, íntegro, honesto y consecuente con las luchas populares, de esos que Bertolt Brecht llamó los imprescindibles. Se pierde a un ministro que propone una política exterior soberana, nacional y solidaria con los pueblos del sur.

Soberana porque se alejaba de las directivas de Washington; nacional porque la prioridad eran los intereses de todos los peruanos; y solidaria porque promueve la amistad con los pueblos que buscan un mundo con libertad, democracia y justicia social. Esa política exterior chocaba con los intereses de los EE.UU. para quien Latinoamérica es su “patio trasero”.

En las últimas cuatro décadas los diplomáticos de Torre Tagle han seguido las directivas del imperio norteamericano para garantizar su poder geopolítico mundial. Muchos de los planteamientos en la ONU o la OEA, eran lesivos a países hermanos, que buscaban nuevas alternativas para solucionar sus problemas económicos y sociales al margen del imperio.

Ese es el fondo de los ataques cobardes, agresivos y difamatorios contra Héctor Béjar por parte de la derecha peruana. Cobardes porque no querían enfrentarlo en una interpelación, por eso con sus medios de comunicación presionaban para que renuncie; como no tenían fundamentos para censurarlo, usaron la mentira y el insulto.

Héctor Béjar es consecuente con sus ideales al servicio del pueblo como dirigente, profesional y docente. En la década del 70, colaboró con el gobierno militar y revolucionario del General Juan Velasco Alvarado, por eso resulta irónico que lo consideren un enemigo de las Fuerzas Armadas y apologista de organizaciones terroristas. El gobierno militar reivindicó al pueblo trabajador obrero y campesino; se incorporó como ciudadanos a los integrantes de las comunidades campesinas y nativas; y se desarrolló una política exterior nacional y soberana. Ese es el temor y la venganza de la derecha autoritaria que se opone al cambio.

El maestro Béjar nos deja una gran lección, en tiempos donde predomina el oportunismo, el pragmatismo y el individualismo; se enfrentó al poder mediático del imperio y a los lacayos congresistas de la derecha que sin ninguna autoridad moral pedían la renuncia. Priorizó en todo momento los intereses del pueblo y no el de conservar un cargo burocrático.

Como expresa Héctor Béjar, ahora estará libre para seguir luchando junto a los trabajadores e irradiando optimismo a sus estudiantes, siempre estará en el corazón y la memoria de su pueblo. El gobierno de Perú Libre debe ser consecuente con sus principios programáticos de desarrollar una política exterior autónoma, libre de las determinaciones de los poderes globales; es decir, continuar con la obra dejada por el Canciller.

(*) Congresista de la República por Perú Libre

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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