Opinión

Partido oficialista ha pasado a la oposición

Por: José María “Chema” Salcedo

¿Quién entiende a la oposición? O a la llamada derecha. O a un sector de la llamada derecha. Esta es una pregunta retórica que viene a lo siguiente. El Gabinete de la doctora Mirtha Vásquez obtiene su voto de confianza gracias a que seis congresistas de oposición, entre comillas: tres de Renovación Popular y tres de Avanza País le dan sus votos. Ha sacado 68, menos seis, 62. No alcanzaba.

No alcanzaba porque la bancada de Perú Libre está en contra del Gobierno, ha pasado a la oposición. El partido Perú Libre ha pasado a la oposición. Por su puesto, bajo el rótulo de Perú Libre hay una serie de congresistas invitados del sector magisterial y otros allegados a Pedro Castillo; el castillismo, podríamos llamarlo así, que están inscritos formalmente en el partido, pero que no son del partido y no creen en el partido.

Para lo que ha servido esta votación de esta investidura del Gabinete de la presidenta, Mirtha Vásquez, es para que el grupo gobiernista se rompa y el sector Perú Libre haya pasado a la oposición. Es una nueva fuerza de oposición. Ha servido para que fuerzas de la oposición, de derecha, digamos, se hayan pasado al bando castillista. Por supuesto que el argumento que han dado es la gobernabilidad, de la famosa “bala de plata”, etc., ahora, la pregunta que yo me hago es la siguiente: ¿Estos no son partidos políticos? Me da la impresión de que Renovación Popular ni Avanza País son partidos políticos, evidentemente. Porque se supone que un partido político necesita reunirse y tomar una decisión, y esa decisión debe ser cumplida por todos los integrantes de ese partido, de esa bancada.

Le pregunté a uno de los más importantes representantes de Renovación y me dijo que habían dejado en libertad de elección a los congresistas de su bancada. ¿Cómo libertad?, dije yo. Libertad de elección puede darse, entiendo para temas de consciencia. Por ejemplo; cuestiones religiosas, el aborto, género, cosas así, que son materia parapolítica, que linda con la ética, los principios. Pero para este tipo de cosas tiene que haber acuerdos en los partidos. Si no, no son partidos, son membretes electorales. Esa es la verdad. Y un sector de ellos en estos momentos está dentro del castillismo.

Estoy notando ya que hay gente de negocios que está contenta con la ruptura de Perú Libre y ve con buenos ojos la “derechización” o caviarización de Castillo. O sea, está dispuesta a tranzar. Por supuesto, lo hace un poco a tientas. Porque vamos a ver qué opinan si se aprueba el paquete tributario, pues el Gobierno quiere que le den facultades legislativas para aprobar el paquete tributario. Ahí vamos a ver. Lo que nos ha demostrado esto es que el sistema de partidos en el Perú no existe.

(*) Periodista

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