Es difícil entender el rumbo que está tomando la redacción digital. Entre los componentes básicos de la redacción periodística están la claridad, la objetividad y la veracidad. Sin embargo, en estos elementos generalmente están ausentes en el periodismo digital, que insiste en la técnica del hipertexto, pero de una manera desordenada.
No es que la estructura del hipertexto no sirva, lo que pasa es que no se usa correctamente. Se está confundiendo el hipertexto con el amontonamiento de información y datos para llenar espacios de palabras, pero no de ideas concretas y ordenadas. Así, en vez de capturar la atención de los lectores, están ganándose sus antipatías y su rechazo.
Pongamos un ejemplo de cómo generalmente —hay excepciones— es una nota periodística en versión digital. El título dice una cosa, la noticia en sí, lo que antiguamente conocíamos como la “pepa”. El titular generalmente es chamba del editor y hasta ahí todo bien. El problema empieza en el cuerpo de la nota periodística, con una entrada o lead que cuenta los antecedentes y detalles tangenciales, secundarios, prescindibles. En el segundo párrafo intercala conceptos, comentarios y opiniones carentes de coherencia y que no vienen al caso. En el tercer párrafo cuenta un caso similar al que motivó la noticia, pero esta sigue escondida. Y así sucesivamente, en los párrafos siguientes el texto continúa yéndose por las ramas. La idea es que el lector no encuentre el contenido de la noticia aún, para que siga leyendo. Pero en realidad nadie muerde el anzuelo y solo lee el titular y empieza a buscar salteándose la lectura o se va de frente al último párrafo, donde la noticia suele estar tapadita. Luego abandona la página con la sensación de haberle robado un racimo de uva a Polifemo, el enorme ogro cíclope al que Odiseo, el rey de Ítaca, emborracha con vino para huir de la isla de Trinacria.
El objetivo de esta intrincada estructura es que el texto sea muy amplio para incluir la mayor cantidad de veces la palabra clave, de tal forma que la nota tenga más posibilidades de generar las famosas visitas orgánicas.
Lo peor es que se está incentivando la redacción de textos de escasa calidad y los periodistas ya no se preocupan por la correcta redacción. Y en ese plan, muchas veces muestran carencia de racionamiento lógico, esa capacidad de identificar y relacionar hechos, ideas, tiempos, espacios, contextos, la relación causa-efecto…, para estructurar correctamente el mensaje. Y esa facultad es indispensable en el periodismo. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
