Opinión

País multirracial y pluricultural

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Dicen los sociólogos y antropólogos que el Perú es un país multirracial y pluricultural. Y tienen razón, pues convergen en este suelo un crisol de etnias autóctonas y adoptadas que han dado lugar a un mestizaje que nos define como país. Es cierto que, como lo han demostrado las recientes elecciones, las regiones donde habitan los peruanos de raza indígena más pura, por decirlo de alguna manera, fueron invisibilizadas por los gobiernos de turno y nuestros políticos, pero ello no significa que unos sean más o menos peruanos que otros.

Hace unos días, el ministro de Cultura, Ciro Gálvez, afirmó que “en un mismo territorio existen dos clases de peruanos: los hispanoamericanos y los peruanos originarios. Y hasta hoy han estado separados por un abismo de diferencias”. Remarcar esta dicotomía con el objetivo de dividir y acentuar más las brechas no le hace bien al País. Y no le hace bien porque para avanzar como país y poder superar los grandes y graves problemas que afrontamos necesita estar unidos. La desunión, la discordia y la rivalidad conducen, aquí y en cualquier parte del mundo, al camino del fracaso.

Según el último censo del Perú, realizado en el 2017, el 60.2% de la población se declaró mestiza, el 25.8% amerindia, el 5.9% blanca, el 3.6% negra y el 1.2% asiática. ¿Acaso ese 60.2% de mestizos no existe para el ministro de Cultura? Es completamente justo y necesario que se luche por reivindicar nuestra cultura autóctona y reconocer, para corregir, la marginación de la que han sido objeto millones de peruanos que habitan no solo el ande sino también alejadas zonas rurales de la selva y de la costa, pero no es sano, hay que decirlo, que se use la categorización racial para dividir y agrandar brechas.

En 1987, hace más de un siglo, el escritor Clemente Palma escribió su infeliz tesis “El porvenir de las razas en el Perú”, en la cual afirmaba que “la raza india pura es inepta para la civilización, está condenada a cruzarse o a desaparecer, el empuje de la civilización la exterminará”. Esa es la otra orilla de este pensamiento divisionista cavernícola. Pero hoy estamos en el siglo XXI y ya debemos haber superado esos puntos de vista retrógrados.

Millones de personas procedentes de otros países o descendientes de familias de España, China, Japón, África, Italia, Argentina y Venezuela, entre otros, también han venido para quedarse y poner su granito de arena por la grandeza del Perú. Si queremos avanzar, hay que unir fuerzas. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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