La actual incertidumbre política, la falta de gobernabilidad, los evidentes actos de corrupción, la improvisación y la mala gestión por parte del Ejecutivo también tiene repercusiones a nivel laboral.
Desde antes del inicio de la Pandemia, vale decir marzo de 2020, se esperan cambios a nivel laboral, pero creemos que éste no es mejor momento para encaminar antojadizos caprichos populistas, más aún, cuando desde la cartera de Trabajo no se ha podido proponer programas ni normas adecuadas para combatir la informalidad laboral, ni mucho menos para generar puestos de empleo.
El gobierno se ha visto envuelto en un foco de la corrupción, el mismo que sale del propio Palacio de Gobierno, y las repercusiones para el sector empleador siguen golpeando de manera desmedida, toda vez que se pretende imponer reglas de juego extremadamente rigurosas que podrían hacer quebrar la industria.
Estamos en plena cuarta ola del covid, y muchos trabajadores ya se han contagiado, pero a pesar de ello, muchos de éstos, aún se resisten a vacunarse.
Nunca antes, se ha venido contratando de forma tan informal a los trabajadores en nuestro país. Tal parece que la formalidad laboral no forma parte de la Agenda 19 perjudicando al sector trabajador, y generando también muchas contingencias al sector empleador que no asume el rol que le corresponde dentro de la relación de trabajo, toda vez que se toma el riesgo de seguir contratando fuera de planillas, y peor aún cuando no existe la debida confianza para seguir apostando en el país.
En la actualidad existe una desesperación por parte del MTPE para que el Código de Trabajo sea aprobado en el Congreso, pero no se ha medido el impacto económico que significaría la imposición y vigencia de nuevas reglas de juego a nivel laboral.
Por otro lado, tampoco se derogaría el D.S No 001-2022-TR que limita a las empresas tercerizar la actividad principal o nuclear, y por ende la norma entraría en vigencia si o si el 23 de agosto próximo. Lo peor es que las iniciativas antes descritas, han salido del propio Ministerio de Trabajo sin buscar un consenso entre las partes, vale decir entre gremios sindicales, gremios empresariales y Ejecutivo.
También se pretende derogar la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo para promover un mayor y rápido movimiento sindical, situación que podría generar conflictos colectivos en perjuicio de las dos partes que conforman la relación laboral.
Finalmente, el panorama a nivel laboral en nuestro país mantiene un futuro incierto y oscuro, esperando que los cambios que se propongan no terminen de hacer quebrar a muchas empresas.
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(*) Abogado Laboralista
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