Opinión

Nivelación

Por: Antero Flores-Araoz

Desde hace muchísimos años nos tienen dale que dale con que hay desigualdad entre los seres humanos y que hay que buscar que todos sean iguales. La verdad es que no lo son: seremos iguales ante la ley para ser tratados todos en forma similar, pero punto.

Nos dicen también como sinónimo que todos deberíamos estar nivelados. Tampoco, ni siquiera en estatura física, pues hay altos, bajos y, por supuesto, también medianos.

Pues bien, si se trata de nivelación, identificándose como igualdad, tenemos que buscar la nivelación ascendente, para que todos avancen lo más que puedan, pero desde una plataforma o inicio de tener igualdad de oportunidades, para que desde allí se pueda comenzar el ascenso o nivelación hacia arriba.

Igualdad de oportunidades en que todos tengamos salud y educación de calidad, que son sus principales componentes. Algo así como las enseñanzas religiosas en que el Altísimo otorga talentos, pero exige que se le dé cuentas de su uso.

Con la igualdad de oportunidades cada uno comenzará el ascenso, unos se esforzarán más para ello, estudiarán más horas, competirán por tener mejores calificaciones, trabajarán con más ahínco y atención, pondrán mayor presión en el acelerador, se divertirán menos y trabajarán más, con lo cual el resultado será que algunos llegarán a la meta antes que otros y también que otros nunca llegarán a ella y, no porque no tuvieran oportunidades, sino porque lamentablemente no las utilizaron y desaprovecharon los talentos recibidos.

La nivelación ascendente es la que han propiciado los países que se han desarrollado y alcanzado altos sitiales de confort, mientras que la nivelación descendente es también porque hay países cuyos gobiernos se esfuerzan por la igualdad, pero hacia abajo, la llamada nivelación descendente en que mientras el pueblo sufre carencias prácticamente similares, sus gobernantes gozan de magnífica situación, pero a costa de las insatisfacciones del pueblo.

La diferencia entre lo que sucede en los países desarrollados respecto a lo que sucede en países de la llamada “dictadura del proletariado”, es que en los desarrollados el esfuerzo y los sacrificios se pagan con el éxito, mientras que en los segundos no tienes ninguna posibilidad de ascenso, ya que ello está circunscrito a los gobernantes, los que se nutren de las insatisfacciones de sus pueblos.

Esto no es blablablá, como las prédicas de los comunistas de todo pelaje, es simple realidad que se puede demostrar. Miremos simplemente a los países que se han desarrollado en democracia y con similitud de oportunidades como los Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, Alemania, Suiza y tantos otros. En la otra orilla países como Venezuela que es el ejemplo que tenemos más cercano, que luego de ser uno de los más ricos del continente, hoy se encuentra en los últimos lugares, luego que sus gobernantes han dilapidado su riqueza energética, y con el pésimo resultado que más de cinco millones de venezolanos han abandonado los últimos años al país llanero en búsqueda de mejor futuro. Advertidos estamos.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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