Opinión

Las empresas no le fallaron al Estado. El Estado le falló a las empresas

Por: Fernando Cillóniz Benavides

La situación actual de muchas pequeñas y microempresas es muy delicada… por decir lo menos. Muchas – incluso – han desaparecido del mapa. No existen más en el panorama económico, productivo, social y laboral del país. Producto de ello, la economía informal ha crecido aún más a nivel nacional. ¡Más de lo que estaba!

Efectivamente, millones de peruanos – jóvenes, principalmente – no tienen trabajo formal. Y menos, trabajo digno. La evasión tributaria se ha generalizado. El 18% de Impuesto General a las Ventas (IGV), el 30% de Impuesto a la Renta (IR), la obligatoriedad de emitir facturas con Registro Único de Contribuyentes (RUC), los impuestos prediales, los arbitrios municipales, etc. constituyen una larga lista de normas y procedimientos que parecieran estar escritos en papeles mojados. O sea, efectividad… cero. Los requisitos para operar formalmente como empresas – licencias de funcionamiento, registros sanitarios, certificados de defensa civil, etc. – se han vuelto una quimera. La economía peruana es cada vez más ambulante, más ilegal, más precaria, más sucia…

Ahora bien, para corregir todo lo anterior se requiere de voluntad política, al más alto nivel. Es decir, del Número 1. En segundo lugar, la tarea de formalizar y apoyar a las pequeñas y microempresas requiere también de un cambio de actitud radical de parte de las autoridades ministeriales y municipales. Incluso, de las autoridades policiales y judiciales de todo el país. Y ¡esa es la gran duda! ¿Acaso los inspectores municipales, policiales y judiciales no viven malamente – y abusivamente – del chantaje sistemático y permanente a los pequeños y microempresarios?

¿Acaso los ministros y funcionarios y alcaldes y regidores están dispuestos a simplificar o eliminar papeleos y trámites burocráticos en sus respectivas jurisdicciones? O más relevante aún ¿acaso están dispuestos a digitalizar toda la tramitología empresarial y laboral en sus respectivas dependencias estatales?

Por eso decía… para estos menesteres se requiere de voluntad política al más alto nivel. ¿Está el presidente de la República dispuesto a comprarse el pleito de la verdadera lucha contra la corrupción en el Estado? Porque la corrupción en el Estado no sólo está en los peces gordos: presidentes, gobernadores y consejeros regionales, alcaldes y regidores, ministros y viceministros, y directores generales y regionales. La corrupción estatal está – también – ahí abajo… en lo que algunos denominamos “la costra del quinto nivel”. En los inspectores de campo, en el personal de atención en ventanillas, en los secretarios y asistentes, asesores de todo tipo, personal subalterno de la policía y del poder judicial, etc.

Tienen – pues – razón aquellos que están preocupados por la difícil situación que atraviesan muchas empresas peruanas. Sobre todo, las pequeñas y microempresas.

(*) Ex presidente Regional de Ica

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Check Also
Close
Back to top button