Opinión

Entretelones de la bicameralidad (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En realidad, la bicameralidad, el sistema de representación política en el Poder Legislativo que se apoya en la existencia de dos cámaras, mantiene vigencia y resulta eficaz en gran parte de los países del mundo. Sus orígenes se remontarían a la Antigua Grecia y el Imperio romano, pero los parlamentos bicamerales propiamente dichos surgieron en la Europa medieval. Hoy aún rige el sistema bicameral en Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Japón, España, etc. En Sudamérica, solo Perú, Ecuador y Venezuela tienen una sola cámara. ¿Será conveniente que retornen la cámara de diputados y la de senadores en nuestro país?

Desde los inicios de la República hasta antes del gobierno de Alberto Fujimori, el Congreso siempre fue bicameral en el Perú. Había 60 senadores (cámara alta) y 180 diputados (cámara baja). Hoy, la bancada fujimorista postula el sistema bicameral, mientras su lideresa, Keiko Fujimori, lo objeta —según ella— debido a la falta de legitimidad del Congreso, lo cual resulta contradictorio y da luces de lo complejo que resulta el tema. Según sus defensores, el sistema bicameral tiene la ventaja que permite aprobar leyes de mejor calidad, ya que la segunda cámara, el Senado, actúa como revisora de la primera, Diputados, que es donde se deben originar los proyectos de ley.

Por su parte, sus detractores aducen que tener dos filtros podría hacer más lento el proceso para aprobar las leyes. Sin embargo, en el sistema unicameral también se presenta esta dificultad en cuanto al tiempo, pues hay una Comisión Permanente en el Congreso y un Gabinete Ministerial en el Ejecutivo, lo cual también demora el proceso.

Algunos dicen que la bicameralidad demandaría más gasto, pues, según la propuesta, serían 60 senadores y 120 diputados. En total, 180 congresistas, 50 más de los 130 que tenemos actualmente. Otros opinan que el ahorro estaría en la eficiencia, pues se tendrían leyes de mayor calidad.

Para acceder al Senado se establecen ciertos requisitos indispensables: ser peruano de nacimiento, tener al menos 45 años al momento de la postulación, haber sido congresista o diputado anteriormente y tener derecho a voto. En el caso de la Cámara de Diputados, ser peruano de nacimiento, haber cumplido al menos 25 años al momento de la postulación y tener derecho a voto.

Por eso, por ahí dicen que la propuesta de bicameralidad solo apunta a la reelección de los actuales, lo cual sí estaría mal. En todo caso, los ciudadanos tendrían la última palabra y decidirían con su voto en las urnas. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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