Opinión

Una vecindad complicada

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Pocas veces han tenido una buena relación el presidente de la República y el alcalde de Lima, pese a que son vecinos y para ir de Palacio de Gobierno a la Municipalidad —o viceversa— solo hay que cruzar la pista. El virtual alcalde, Rafael López Aliaga ha descartado una reunión con el mandatario Pedro Castillo. Algunos han criticado su actitud, a la que han calificado de beligerante, pero el argumento que esgrime tiene sentido lógico. Según López Aliaga, la Fiscalía está a punto de hacerle a Castillo una acusación fiscal por siete casos de presunta corrupción, por lo que mal haría él, como burgomaestre electo, al avalar una gestión tan cuestionada.

El líder de Renovación Popular dice que le han cursado hasta siete invitaciones para reunirse con Castillo, pero no ha aceptado ninguna por la misma razón. Además, continúa con sus críticas al presidente, con las mismas opiniones, los mismos conceptos, los mismos calificativos que ya se le conocen. Los vecinos de Lima esperan que, desde el 1 de enero del 2023, cuando inicie su gestión como alcalde de Lima, se concentre en la administración de la ciudad, en la solución del problema de la delincuencia en las calles, el caos vehicular, el ornato de la ciudad y otros que son propios de la autoridad municipal.

Quienes objetan la postura de López Aliaga respecto a su relación con Castillo dicen que no debería poner una barrera infranqueable entre los dos porque para realizar una buena gestión municipal precisa de los presupuestos que pueda aprobar el Poder Ejecutivo. Es cierto, pero en eso también tiene que ver el Congreso de la República, al que le compete el contrapeso y el control político. El nuevo alcalde de Lima no va a estar solo.

Cuando Alberto Andrade ejerció de burgomaestre capitalino, en la mayor parte de sus dos periodos (1995-1998 y 1998-2002) el presidente de la República era Alberto Fujimori, quien fue su enemigo público y dinamitó su gestión. Incluso, el entonces asesor presidencial Vladimiro Montesinos mandaba a publicar calumniosas portadas en los diarios para desprestigiar al alcalde. Sin embargo, Alberto Andrade hizo una buena gestión y es recordado como uno de los mejores alcaldes que ha tenido Lima. La imposible relación de López Aliaga con Castillo, entonces, no sería impedimento para que cumpla los objetivos de su plan de gobierno municipal. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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