Opinión

¿Castillo fue el mal menor?

Por: Mario Amoretti Pachas

Desgraciadamente los peruanos nos hemos acostumbrado a votar por las personas menos capaces para asumir como jefe de Estado. De nuestros últimos gobernantes casi todos están procesados o investigados y algunos presos. Esto es una vergüenza y la culpa la tenemos todos: no es posible que siempre caigamos en el mismo error pensando que después de cada elección vamos a tener un mejor Congreso o un mejor presidente, pero luego vemos que nada de eso ocurre.

Ahora, individualizando, el presidente que tenemos en la actualidad es una vergüenza porque nombra ministros y funcionarios que no tienen la calidad moral ni la capacidad intelectual para asumir importantes cargos; eso sin hablar de los antecedentes que algunos se manejan. Por eso vemos que cada mes están sacando a ministros, pero siguen nombrando gente de esa misma calidad Repito, es una vergüenza para el país.

Para mi Castillo es el peor presidente que nos ha tocado últimamente. Es un hombre que jamás en su vida pensó estar donde está porque la gente que lo llevó al poder -Perú Libre- casi todos están inmersos en actividades delictivas como corrupción, extorsión y el más claro ejemplo es el caso de los ‘Dinámicos el Centro’ que extorsionaban a la gente para conseguir dinero con la finalidad de llevar adelante la campaña. Es una decepción muy grande para nosotros los peruanos. Obviamente aquí hay mucha responsabilidad del elector, nosotros mismos tenemos la culpa de lo que nos ocurre. Hay un dicho que aplica muy bien para esta situación: “Cada pueblo tiene el presidente que se merece” y nosotros nos estamos mal acostumbrando a elegir bajo el pretexto de escoger al mal menor. Eso pasó en la segunda vuelta y ahora tenemos al frente del Gobierno a terroristas y delincuentes. Esto no brinda ninguna seguridad y lo estamos viviendo en carne propia en el grado de violencia que se ve en las calles.

Esa decisión de poner a los militares en las calles dizque para controlar la violencia es una idea trasnochada. Ese tipo de personal no está capacitado para asumir estas funciones, desconocen los protocolos al momento de tener a una persona que acaba de delinquir. No tienen ningún tipo de preparación para ofrecernos seguridad en las calles, sus funciones son otras.

Estamos frente a una situación crítica: se ha incrementado la violencia, cada día vemos crímenes tras crímenes y a ello se suma que la Policía detiene a delincuentes avezados, pero luego la Fiscalía los pone en libertad. Todo eso hay que cambiar y no se hace poniendo a los militares a cuidar la seguridad ciudadana.

(*) Ex decano del Colegio de Abogados de Lima

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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