A finales del siglo XIX, Argentina era potencia mundial. Algunos economistas llegaron incluso a considerarlo el país más rico del planeta porque alcanzó el primer puesto en producto bruto interno per cápita, lo que lo hacía más poderoso que Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y las demás potencias habituales. Ha pasado más de un siglo y una pregunta como la que hizo Zavalita en “Conversación en la catedral”, “cuándo se jodió el Perú”, se hacen ahora los argentinos, quienes ven con tristeza cómo de esos años de bonanza y algarabía ya no queda nada. El candidato presidencial Javier Milei ensaya una respuesta y apunta su dedo acusador a lo que él llama la “casta”.
Milei, defensor del libre mercado y convertido en fenómeno político gracias a sus ideas radicales, ha capitalizado el descontento contra el peronismo y el macrismo para erigirse como el candidato presidencial favorito luego de las primarias en Argentina. Algo que lo distingue de la derecha tradicional es, precisamente, que no tiene reparos en cuestionar al propio sistema e incluir en la “casta” a políticos que no necesariamente son de izquierda. Con un look no convencional, pelo alborotado y mirada de loco, el discurso de Milei es, por lo tanto, diferente al que, por ejemplo, esgrime por estos lares la denominada DBA, que confunde a caviares con rojos y solo tiene ojos para dispararles a los zurdos aunque en eso pierda un valioso tiempo que le podría valer para exponer sus propuestas con más tranquilidad y la propiedad adecuada.
Luego de su triunfo, Milei afirmó: “Hemos logrado construir esta alternativa que no solo dará fin al kirchnerismo, sino a la casta política, chorra — ladrona, en la jerga argentina— y parasitaria”. Es como meter en el mismo saco, indistintamente y sin remilgos, a los izquierdistas y derechistas —juntos y revueltos— entronizados en el poder, burócratas que parasitan en el aparato estatal o amantes de las consultorías, de las comisiones, las puertas giratorias y las licitaciones con sus respectivas adendas.
Milei reafirma su postura haciendo un balance histórico de la economía de su país desde inicios del siglo pasado: “De los últimos 122 años, Argentina tuvo déficit durante 112. Desde inicios del siglo XX, hubo 22 crisis, donde 20 fueron de origen fiscal. Desde que tenemos Banco Central, le quitamos 13 ceros a la moneda y podríamos quitarle 3 más próximamente. Tuvimos dos hiperinflaciones sin guerra”. El hombre, pese a su estilo estrafalario, no habla disparates. Está diciendo que “la casta siempre estuvo ahí”. ¿Podrá él destronarla?. Veremos qué pasa en las próximas elecciones del 22 de octubre en la Argentina y Milei de ganar inicia con la gran transformación que esperan la gran mayoría de los argentinos que viven dentro y en el exterior de esta gran nación sudamericana. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
