Opinión

Marcador ajustado

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El respaldo a los gabinetes ministeriales de turno, durante el actual Gobierno, va en franco decrecimiento. El equipo ministerial de Guido Bellido logró la investidura con 73 votos a favor y 50 en contra; y el de Mirtha Vásquez, por 68 a 56. El primero con una ventaja de 23 votos y la segunda, de 12. El Gabinete de Aníbal Torres, el cuarto en lo que va de la gestión del presidente Pedro Castillo, consiguió 64 votos a favor y 58 en contra, con una diferencia de apenas 6 votos. Lo ajustado de la votación es un indicador de la complicada relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. También de esa especie de trueque político que se antepone a la decisión honesta cuando por encima están los intereses y las conveniencias.

Solo tres gabinetes del actual régimen pudieron solicitar el voto de confianza, pues el fugaz expremier Héctor Valer tuvo que renunciar en medio de la tormenta política que causó su designación. Que se haya tenido que cambiar a tres gabinetes en apenas siete meses y picos, como consecuencia de la inestabilidad política, no es nada saludable para el sistema político. Mucho menos para los peruanos, que finalmente pagan las consecuencias.

La lectura de los resultados permite ver una correlación de fuerzas que ya se perfilaba en el Congreso. Como se había previsto, Fuerza Popular, Avanza País, Renovación Popular y los no agrupados (Partido Morado), que se han constituido en la oposición más recalcitrante, votaron en forma unánime contra el Gabinete Torres, mientras que el oficialismo (Perú Libre) tuvo como aliados al escindido Perú Democrático y Juntos por el Perú, partidos cuyos miembros respaldaron al equipo ministerial. La diferencia la marcaron Acción Popular y Alianza para el Progreso, partidos que últimamente transitan un camino zigzagueante entre el oficialismo y la oposición. Fueron 12 congresistas de AP y 4 de APP quienes inclinaron la balanza a favor del Gobierno de Castillo.

Algunos porque, efectivamente, respaldan la estabilidad política y otros por evitar la pérdida de una “bala de plata”, que hubiera hecho correr el riesgo de cierre del Congreso, los parlamentarios que votaron a favor del Gabinete tomaron una decisión que quedará en sus conciencias.

Sin embargo, la oposición no da su brazo a torcer, pues insiste con una nueva moción de vacancia presidencial. A decir por la votación de la madrugada del miércoles, el Gobierno podría salir airoso si ese pedido llega a votarse en el Pleno, pero con tantos “autogoles” que suele cometer Ejecutivo, nada está dicho. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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