Opinión

El Salvador redujo frecuencia delictiva

Por: César Ortiz Anderson

Me basé en la excelente crónica de la periodista del suplemento dominical del diario la República, Juana Gallegos Ayala, “ El Costo de la Paz de el Salvador”.

Es tan buena crónica que investigué y puse muy breves comentarios. Según el periódico digital el Faro de El Salvador, desde que, en el mes de marzo del año 2022, se implementó el Régimen de excepción impuesto por el Presidente Nayib Bukele ya no se ven pandilleros, al menos ni la sombra de antes.

Recordemos que en el año 2015 el Salvador era considerado el país más violento del mundo, y las cifras hablan por sí solas: 103 homicidios por cada 100,000 habitantes, en una población de aproximadamente 6,5 millones de personas. Para que el lector se pueda hacer una idea, en el Perú tenemos una tasa aproximada de más de 8.1 homicidios por cada 100,000 habitantes, con una población de más de 33 millones de personas.

Según el diario el Faro, el año pasado, en los primeros 212 días, no se reportó un solo homicidio en el país. Sin duda ha sido un gran trabajo con resultados muy positivos en la lucha contra la criminalidad, la reducción del número y frecuencia de homicidios ha sido un récord mundial en la lucha contra la criminalidad.

Además, el diario el Faro, que es crítico al gobierno de Bukele, resalta las estrategias aplicadas, como el trabajo realizado para desestructurar las pandillas, desbaratar el control territorial de la criminalidad, combatir de manera permanente sus vías de financiamiento y la captura de sus lideres.

Son esos 4 puntos la base para esa reducción drástica de crímenes. Además, ya no ocurren muchos casos de extorsión a empresarios y transportistas, que antes tenían que pagar su cuota de “protección” a las pandillas. Solo con los transportistas recaudaban en promedio más de 34 millones de dólares por año.

Otro punto importante son las zonas manejadas con fronteras invisibles en los distritos que impusieron las pandillas. Hoy, eso ya no existe y se vienen recuperando espacios públicos para los ciudadanos. Desde que empezó el régimen de excepción, hasta el mes de enero de este año 2023, se han capturado a más de 63,000 personas.

Sin duda, debido al trabajo realizado, son inevitables los costos sociales. Por ejemplo, según Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional, se han reportado casos de detenciones arbitrarias, violación de los DD.HH. como torturas o muertes de personas bajo custodia del Estado.

Según informa el Faro, el porcentaje de pandilleros capturados no llega ni a un 30%. Habría que señalar también que de acuerdo a nuestras investigaciones algunos lideres y pandilleros se han ido a países fronterizos como Nicaragua, Honduras y Guatemala.

Para el abogado internacionalista, Francisco Belaúnde Matossian, la lección que se debería sacar de El Salvador, es que no solo basta la mano dura como una salida para enfrentar la inseguridad, las democracias también deben ser eficientes para ello. No solo se trata de atrapar delincuentes, sino que además estos sean efectivamente castigados, garantizando para ello el debido proceso.

Finalmente, un país mucho más pequeño que el Perú, nos está dando una gran lección que, con voluntad política, con expertos que tengan una visión holística del fenómeno y con instituciones comprometidas en realizar un trabajo integral y articulado, sí se puede de plano combatir frontalmente la corrupción e impunidad, que son, en mi opinión, piedras angulares de todos nuestros problemas.

(*) Presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (Aprosec)

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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