Opinión

El desafio de Soto Vallenas en el CAL

Por: Alberto Bajak Miranda

El Colegio de Abogados de Lima, por si no lo sabían, es más antiguo que la República misma. El Rey de España Carlos IV, concedió la potestad de establecer un Colegio por Real Cédula del 31 de julio de 1804, a pesar de una coyuntura difícil, bajo la égida de la Revolución Francesa.

Pero, antropológicamente, el rey Carlos IV era un bobo. Era hombre sin carácter, veleidoso y pusilánime. Psicológicamente bipolar, con escasos dones intelectuales.

Asumió el trono antes del estallido napoleónico, y su falta de mando de las circunstancias políticas, obligaba a delegar todas las funciones en su lugarteniente Manuel Godoy, de quien se decía, era amante de su esposa María Luisa de Parma, algo que jamás pudo ser confirmado, pero que configura lo timorato y medroso que pudo ser semejante rey. No obstante, a pesar de todos los inconvenientes conductuales mencionados, el borbónico soberano, es en la práctica, el ejecutor y pionero de la creación del CAL.

Por mandato de Carlos IV, y con la aprobación de su primer precepto normativo en el año 1808, se le otorgó el título de “Ilustre” promulgado por Ley N° 1367, el 20 de diciembre de 1910.

Por ello, el CAL, ha sido la institución testigo de toda la historia republicana nacional. Tan fundamental que, estuvo presente en el acto fundacional de la independencia del Perú del 28 de julio de 1821, al lado de Don José de San Martin. Muchos años después, ya en la contemporaneidad, nuestro Colegio, ha tenido decanos brillantes como: José Gálvez Egúsquiza, orador flamígero, que luchó por la abolición de la esclavitud.

Otros notabilísimos fueron: Manuel A. Fuentes, José de la Riva Agüero, José León Barandiaran, José Luis Bustamante y Rivero, Juan Vicente Ugarte del Pino y Felipe Osterling, verdaderas luces del derecho y del republicanismo peruano. Pero, durante la última historia, lamentablemente el Colegio de Abogados ha perdido lustre y prestigio a través de los años. Algo innegable, por los apetitos de poder de directivos que no se equiparan en nada a los ex decanos mencionados, ni ética ni intelectualmente.

Por doquier, el CAL, ha perdido su firmeza, su decencia y su docencia. Ya no es el organismo supra notificador de la juricidad peruana ni fiel defensor del estado de derecho. Pero creemos que para esta próxima elección insurge como principalísimo candidato a la máxima dirección del CAL, para transformar esta crisis, el doctor Gastón Soto Vallenas. Un jurista de fuste, abogado, catedrático, magister, ex decano de Derecho y ex Miembro Titular del JNE, en representación del Colegio de Abogados de Lima, en los periodos 2000-2004 y 2004-2008 y ex-presidente del Consejo Nacional de la Magistratura para el período 2012-2013. Una hoja de vida notable, con gran experiencia que será puesta de manifiesto en las reformas morales y estructurales que el Colegio de Abogados necesita con urgencia, post-Bicentenario.

(*) Analista politico

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Check Also
Close
Back to top button