Opinión

Lo temporal y lo permanente en política

Luego de la reciente elección de la Mesa Directiva del Congreso de la República para el periodo 2023-2024 y la confirmación de la existencia del “fujicerronismo”, habiéndose anunciado nuevas marchas de protesta dentro de las fechas de Fiestas Patrias, resulta que el nuevo presidente del Congreso, Alejandro Soto, se encontraría en calidad de imputado en 59 investigaciones fiscales, y, dentro de tales investigaciones, figurarían las referidas a los presuntos delitos de apropiación ilícita, abuso de autoridad, enriquecimiento legal y corrupción, entre otras.

Con un fujimorista como primer vicepresidente de la mesa directiva y un Cerrón como segundo vicepresidente de la mesa directiva del Poder Legislativo las piezas se han movido confirmando una clara voluntad para permanecer como congresistas hasta el 28 de julio de 2026. El fujicerronismo sí existe, después de la caída del
gobierno de Pedro Castillo Terrones. Y los acuerdos entre el fujimorismo y el cerronismo más se aproximan a un reparto de cuotas de poder, que a un acercamiento en beneficio de los intereses generales de la nación peruana, pues tienen ante ellos las demandas de la población mayoritaria: la renuncia de la actual presidente de la República (sin vicepresidentes) y el adelanto de las elecciones generales y parlamentarias.

Pero en la historia, y específicamente en la historia de la política ha habido personas que han dejado huellas imperecederas en su paso por la vida, Una de ellas es el romano Marco Tulio Cicerón (3 de enero de 106 A. C.- 7 de diciembre de 43 A. C.), que fue un político, filósofo, escritor y orador de la República romana.

La mención de Cicerón viene a colación porque, a pesar de la forma en que lo ejecutaron por ser opositor de Marco Antonio, tras el magnicidio de Julio César, trascendió su pensamiento y obra a través del tiempo, al punto que más de dos mil años aún se estudia su libro De Finibus Bonorum et Malorum (Sobre el supremo bien y el supremo mal), publicado el año 45 A. C.

Por ese motivo es importante darse cuenta que también en la política existe lo temporal y lo permanente. Los congresistas y los presidentes de la República que se aferran al poder son parte de lo temporal y lo efímero en la historia. Quienes no lo hacen vivirá por siempre en la memoria del pueblo.

(*) Analista político

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