Opinión

Las escuelas del delito

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El mismo patrón delincuencial se repite en varios países de Latinoamérica. En El Salvador, el presidente Nayib Bukele tuvo que ordenar un gigantesco operativo de recuperación de las cárceles para impedir que los “Maras Salvatrucha” sean dirigidos por cabecillas desde prisión. En Venezuela, las autoridades intervienen la cárcel de Tocorón y descubren que ese lugar era un centro de diversiones al mando del llamado “Niño Guerrero”, quien logró escapar. Y en Perú, según un informe de El Comercio, varios jefes del “Tren de Aragua”, entre ellos Héctor Prieto, “Mamut”, dan órdenes a través de audios desde el penal de máxima seguridad de Challapalca.

La periodista e investigadora venezolana Ronna Rísquez sostiene que, si el “Tren de Aragua” fuera un “ferrocarril”, su estación central estaría en Venezuela y recorrería “Colombia, Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile, y posiblemente Estados Unidos”. Si antes el continente era amenazado por pandilleros de la “Mara Salvatrucha”, ahora también está el “Tren de Aragua”, cuyos miembros también son muy sanguinarios.

El cabecilla del “Tren de Aragua”, “Niño Guerrero”, escapó por un túnel de la cárcel de Tocorón antes que 11 mil agentes intervinieran dicho centro penitenciario. Los presos allí tenían piscina, discoteca, cancha de béisbol y hasta zoológico, al estilo de Pablo Escobar, el llamado “patrón del mal”. Había hasta una agencia bancaria en la que los delincuentes cobraban los cupos de las extorsiones.

Desde Tocorón, “Niño Guerrero” ordenó la extorsión a meretrices, ambulantes, mototaxistas, empresarios y dirigió asaltos, secuestros, entre otros actos delictivos no solo en Venezuela, sino también en otros países del continente.

En el Perú, precisamente, varios cabecillas del “Tren de Aragua” han sido detenidos e internados en el penal de Challapalca. Entre ellos está “Mamut”, quien amenazó policías y periodistas cuando fue detenido. Estuvo internado en el penal de Ancón II (ex Piedras Gordas), pero después fue trasladado al de Challapalca, donde se supone iba a estar más controlado, sin embargo, un informe periodístico da cuenta de que “Mamut” sigue dirigiendo a sus cómplices desde prisión, a través de mensaje de audio.

¿Cómo ingresan los equipos para que los presos se puedan comunicar? La respuesta la tienen que dar las autoridades penitenciarias. Lo que sabemos es que, si las cosas siguen así, si las cárceles siguen siendo escuelas del delito, aunque capturen al “Niño Guerrero” y todos los cabecillas, no se logrará derrotar a la delincuencia. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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