La semana de Fiestas Patrias será determinante. La confrontación violenta que se avecina tiene dos salidas posibles: o cae Castillo, o el Perú se sumerge en una aventura dramática que puede llevarlo a la dictadura narco comunista y hasta la tan temida guerra civil.
Para los días 25,26 y 27 la izquierda extrema convoca a la “Marcha y mitin de protesta de los 4 suyos. Por la autodeterminación de los ayllus y markas, asamblea plurinacional constituyente, cierre del Congreso golpista y obstruccionista”.
Efectivamente, mucha gente del interior ya está empezando a llegar a Lima y se ha contratado numerosos hoteles. Se conoce también que en diversas provincias se contrata transporte para los manifestantes y el reclutamiento de la gente se banca con financieras informales y fondos aparentemente derivados de empresas públicas, municipios afines al gobierno y gobernaciones. El narcotráfico del VRAEM y del opio norteño también estaría financiando el operativo subversivo.
La intención central es presionar al Congreso para que se vote por una mesa directiva vinculada al gobierno; y alternativamente atacarían las instalaciones del Parlamento. Preventivamente la seguridad policial y militar ha estado haciendo operaciones de aprestamiento frente a esa amenaza. Todo esto ocurre cuando, de un lado, el inefable ministro de Justicia amenaza con el eventual cierre del Congreso; y del otro lado el verborreico Aníbal Torres endurece su confrontación contra los enemigos del régimen y agrede nuevamente a la prensa. Por su parte Pedro Castillo azuza al pueblo y mueve temas muy peligrosos como el racismo y se lanza contra los “zánganos” de la política tradicional.
Las investigaciones fiscales están muy avanzadas a partir de la hipótesis de que el presidente es cabecilla de una organización criminal orientada a asaltar el poder para saquear el Estado; mientras testimonios muy reveladores de Zamir Villaverde y Karelim López van confirmando puntos claves de una mafia familiar chotana que, efectivamente, depende directamente de Castillo.
La cereza del pastel la ha puesto el destituido y efímero titular del Interior (el sexto en once meses de gobierno) Mariano Gonzales. Ya desde el llano este ha dicho claramente que está “convencido” de que Castillo está inmerso en la corrupción. En las filas de la oposición las aguas también están movidas con la crisis en APP por las posiciones antidemocráticas de César Acuña; y las peleas intestinas son cada vez más llamativas entre las bancadas de izquierda.
El lunes conoceremos las listas para el recambio de la mesa directiva; y al día de hoy solo queda la esperanza de que finalmente sea elegida la doctora Gladys Echaiz, ahora miembro de la bancada, aunque no del partido, Renovación Popular.
En estas circunstancias el rol decisor lo tendrán las FF.AA. para impedir que la asonada subversiva no descarrile al país; porque de imperar la violencia el Perú podría pasar a un período incierto y con muchas víctimas.
(*) Analista político
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