Opinión

La cultura no es caviar

Por: Iván Cock

Desde hace algunos años vengo analizando “en que momento la cultura se convirtió en un tema de la agenda caviar” … Hablar de políticas culturales, economías creativas o como las llamaron Buitrago y Duque (hoy presidente de Colombia) economías naranjas, son temas que los equipos de partidos de izquierda reconocen y postulan en muchas ocasiones en sus propuestas de gobierno, pero, ¿la cultura es de izquierda?

Definitivamente no. Las economías basadas en la creación humana, se convierten en riqueza asentada en la formalización del sector y es este el primer componente que nos aleja de ser, por una parte, un país que crece en creación y enriquece a los creadores, como es el caso de Argentina, Brasil o Colombia, para hablar de países cercanos a nuestra realidad. Las políticas de estado, gestadas desde diversos gobiernos en el mundo, estimularon la defensa de la Propiedad Intelectual, para lo que es prioritario que los diferentes componentes, que forman parte del ecosistema de las Industrias Culturales, se reconozcan y formalicen, creando un padrón de creadores y gestores de contenidos artísticos y culturales.

No se trata de listas para “bonos y ayudas”, sino inversión en capital de trabajo, ya que los creadores de contenido tienen como producto final, un producto inmaterial, que tiene derechos económicos y morales para ser reconocidos, como lo dice UNESCO en sus diversos tratados de Propiedad Intelectual.

Ad portas de un nuevo proceso electoral, se genera una vez más una polémica en torno a la pertinencia de la existencia del Ministerio de Cultura, un ministerio que nació luego de una iniciativa de formalización que fue financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional, que sentó las bases para el cambio del Instituto Nacional de Cultura, potenciando sus funciones, a un rango ministerial. Pero, pasados los años, la entidad dejó de tener la importancia que esperábamos, siendo, por desgracia, ahora un espacio para que amigos y amigotes, reciban camufladas de asesorías, importantes y dudosos contratos en favor de “la cultura nacional”.

Esperamos una formalización del sector, sin ideología… Confiamos en que los especialistas, académicos y profesionales, sean convocados nuevamente a fortalecer al sector que regenta el patrimonio inmaterial de una nación, la herencia poderosa de la identidad propia. Un país como el Perú del Bicentenario, no puede mantener un ministerio que convierta en burocracia, la gestión de los artistas y los creadores de contenido.

La solución no es continuar con las innumerables mesas de trabajo y reflexión, es la ejecución inmediata de las soluciones que se vienen dando desde el 2007… ya nos cansamos de la conversación efímera y esperamos la gestión proactiva. La cultura no es caviar, es la semilla de la identidad de un país y que por desgracia hoy, en Perú, se va quedando dormida…

(*) Director Ejecutivo de APROMAS

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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